viernes, 23 de diciembre de 2011

Para Compartir: Lanzan campaña para promover los vínculos entre padres e hijos durante las vacaciones

Este es un artículo un poco antiguo del sitio de Icarito. Sin embargo encuentro que son ideas vigentes y muy útiles de tener presentes para esta época del año, en que tenemos a nuestros niños de vacaciones en casa.

El artículo dice así:

"Mi verano es mejor en familia" se llama la campaña lanzada por Fundación Integra y que pretende promover los vínculos afectivos entre padres e hijos durante las vacaciones.

Para ello, la campaña busca orientar a los padres respecto de las múltiples actividades que pueden desarrollar junto a sus hijos y plantea la importancia de valorar el verano como una instancia para compartir, lo que muchas veces no ocurre durante el año.

A juicio de Sergio Domínguez, director ejecutivo de la fundación, "las vacaciones permiten crear experiencias únicas, que finalmente se transforman en significativos recuerdos en la adultez. Es fundamental que los padres sientan que en su cotidianidad pueden ofrecer instancias de entretención y aprendizaje, no sólo yendo a la playa o al campo".

La campaña incluye volantes informativos e información disponible en municipalidades, consultorios e instituciones que organicen panoramas familiares.

La fundación, además, entrega algunas claves para los padres extraídas de las apreciaciones de los niños:

- Llévame a actividades entretenidas como el cine, teatro, danza, exposiciones o ferias, así conoceré el arte y la cultura.

- Cuéntame un cuento, cantemos, recitemos, bailemos, pintemos, ¡me encanta usar mi imaginación y aprender jugando!

- Trátame con cariño, tu sonrisa y dedicación me hace sentir querido y protegido.

- Cuídame en todo momento, especialmente en piscinas, lugares públicos y en toda situación que pueda representar un peligro para mí.

- Invítame a conocer la naturaleza, a hacer actividades al aire libre, y no olvides llevar bloqueador para protegernos del sol.

Espero poder poner en práctica más de alguna de estas sugerencias.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Para Compartir: 10 Cosas que explicaría a cualquier niño sobre el uso de Internet y sus riesgos

Como siempre, navegando por la Red, me encontré este artículo muy interesante para tener presente, más ahora que los niños están de vacaciones y con más tiempo para ocupar el computador; y por esto lo quise compartir.
El artículo está en el Blog de Marcelino Madrigal y dice así:

Estos son 10 cosas que yo le he explicado a mi hija, de 11 años, tal cual, sobre Internet. Las escribo aquí por si ayudan a algunos padres a explicarles a sus hijos de qué va esto de Internet y hacer que tengan conciencia de los riesgos más comunes, sin alarmarlos. Obvio cosas como los horarios, que los ordenadores estén en un sitio común de la casa para que los adultos veamos que hacen, etc.

Es simplemente las cosas en las que hago hincapié cuando mi hija navega por la red. Y obviamente hablo de niños pequeños, aunque creo que todo el mundo debería saberlas.

Como veréis intento huir de tecnicismos y alarmas. Simplemente hablo con mi hija, e intento explicarme de la forma más natural posible. A mí me ha funcionado. Espero que a vosotros también.

1 Internet es un sitio donde puedes encontrar muchas cosas. Las hay muy buenas y divertidas, pero también las hay malas.

2 Los amigos son la gente que tú conoces en tu colegio, en el parque o tu familia. En Internet se llama amigos a cualquier persona que se comunique contigo, pero en realidad en muchos casos no lo son, porque no te conocen.

3 Hay veces que las personas mayores se hacen pasar por niños, y los niños por mayores.

4 Si alguien te pregunta cosas como dónde vives, si tienes teléfono, o quiere que le envíes fotos, poner la webcam o que quedes con él o ella, avisa a papa o mama. Eso déjalo para tus amigos verdaderos, a los que conozcas en persona.

5 Nunca aceptes cosas que te envíen desconocidos o amigos y no hayas pedido tú primero. Algunas veces pueden estropear el ordenador y hay gente que manda cosas que no son buenas.

6 No pongas fotos tuyas o de tus amigos, ni dónde vives, ni tú número de teléfono. Tus amigos lo saben, o te lo pueden pedir en persona.

7 No insultes a nadie, ni lo molestes, ni lo amenaces. Siempre se puede saber quien escribió o puso fotos en Internet y sabrán que has sido tú.

8 Si alguien te insulta, te molesta o te amenaza, avisa a tus padres para que no lo vuelvan a hacer.

9 Si estás buscando algo en Internet y te encuentras cosas que no son para niños avisa a tus padres. No te de vergüenza, ni miedo, porque ocurre algunas veces hasta a los mayores.

10 No todo lo que veas en Internet, como tampoco lo que ves en la tele, es verdad

Sobre todo no olvides que siempre que tengas una duda pregunta a tus padres. Ellos te lo explicarán y te ayudarán. Después de todo somos los que más queremos que disfrutes de Internet y no tengas problemas al usarlo.


El link del articulo original desde donde lo copié es http://www.mmadrigal.com/10-cosas-que-explicaria-a-cualquier-nino-sobre-el-uso-de-internet-y-sus-riesgos/.
Felicitaciones al autor y gracias por compartir estas ideas en la Red que son de tanta ayuda para nosotros los padres.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Los padres no podemos renunciar a nuestro rol formador


A raíz de muchos eventos que me tocó vivir este año, quedé preocupada al ver lo desorientados que están nuestros niños y jóvenes en relación, no a lo que quieren, sino al cómo manejarse para alcanzar sus metas y objetivos, y básicamente porque nadie ha estado ahí para enseñarles.

Siento que en particular, muchos padres justifican el abandono en que mantienen a sus hijos, con la propia necesidad que tienen de que estos desarrollen autonomía; porque no quieren o no pueden hacerse cargo.

Porque muy distinto es enseñar a los jóvenes a valerse por sí mismos, a hacer sus cosas solos, al hecho de dejarlos sin un consejo, un apoyo, una guía, ya que muy a mi parecer, no tienen los grados de autonomía necesarios ni a los 15 ni a los 16, y muchos ni siquiera a los 21 años para optar y luego hacerse cargo de las consecuencias que sus actos conllevan.

Lo podemos ver constantemente en las noticias; los altos indices de embarazo adolescente, los accidentes fatales después de las fiestas, la drogadicción, y hasta en cosas menos graves pero igualmente significativas, como la expulsión de un colegio por no rendir lo necesario, haber incurrido en faltas graves de conducta hacia profesores o directivos, incluso hacia compañeros, etc.

Me desconcierta cuando uno en un deseo de aportar, ya que alcanza a vislumbrar ciertas posibles consecuencias negativas, invita a esos padres a hacer algo, a tomar las riendas, a imponerse como autoridad sobre sus hijos, y sin embargo, estos se molestan y le gritan a uno que no se meta porque ellos reconocen en sus niños un “pensamiento autónomo” y que no tienen ya nada que decir ni que hacer con esos “seres maravillosos” que son sus hijos.

Lastima que esas maravillas cuando se meten en problemas, y están con el agua hasta el cuello, no saben que hacer y se desesperan. Ahí aparecen esos papás, antes siempre ausentes, para prestarles ropa, esconderlos bajo sus alas para protegerlos del malvado mundo exterior que no viene más que a cobrar aquello que le corresponde (paternidad, rehabilitación, asumir una cancelación de matricula, etc.) Es curioso, siempre los malos siguen siendo “los otros”.

Al ver tanto dolor cuando ya nada se puede hacer más que asumir, me cuesta pensar en por qué no se prefiere evitar estas situaciones siendo más papás.

Es necesario entender que nuestros hijos están llenos de amigos, buenos y malos, pero que padres sólo tienen dos, y ojalá sean buenos, pero no tienen más.

Que pena si se enojan porque no les dimos permiso para alguna actividad, pero primero los permisos se ganan con confianza, con respeto, con una historia de responder maduramente y responsablemente.

Que pena si nos dejan de hablar porque les quitamos privilegios si han bajado su rendimiento escolar. Más adelante serán capaces de entender que pueden perder un trabajo, con el que sostienen quizás a su familia, si bajan su rendimiento laboral.

Es difícil jugar a la bruja, al malo de la película, porque a uno le encanta que los niños nos digan que nos quieren, que somos maravillosos. Pero si realmente queremos ser los verdaderos “héroes” en las vidas de nuestros hijos, sepamos esconder la capa y marquemos claramente los límites.

Si al final, nuestros hijos, niños y jóvenes, deben entender que lo que buscamos para ellos es evitarles sufrimientos. Por ellos, nuestra autoridad debe basarse en la confianza, en la seguridad que los estamos formando para un mundo que no siempre les va a mostrar su mejor cara.

Por eso me encanta ver a papás que resisten las críticas, y siguen imponiéndose con mucho cariño, como autoridad creíble, sobre sus niños y adolescentes. Que los van a buscar a las fiestas, aunque no sea a la puerta, pero que saben como salieron del lugar. Que el conversar es una práctica tan habitual en la casa que no hay espacio para el “no tener idea” en lo que andan. Que la cultura familiar albergue a la cultura de los amigos, y que no sean enemigas. Que la jerarquía no sea sólo un medio para ejercer el poder, si no más bien un tener claro en quiénes nos apoyamos, cuales son los pilares.

Y tantas otras formas de NO renunciar a nuestro rol formador como padres.


martes, 25 de octubre de 2011

Para Compartir: Entrevista a Claudio Naranjo

Paseando por los blogs de siempre, me encontré con esta interesante entrevista y pensé lo importante que era compartir ideas tan claras y relevantes para nuestros tiempos. Al leer estas líneas, me doy cuenta de que nuestro problema de educación es mucho más profundo aún del que apenas imaginamos.


Claudio Naranjo.

Cuando uno escucha a este psiquiatra chileno de 75 años da la sensación de estar frente al Jean-Jacques Rousseau de nuestro tiempo.

Cuenta que estaba bastante dormido hasta que en los años 60 se fue a vivir a EE.UU., allí fue discípulo de Fritz Perls, uno de los grandes terapeutas del siglo XX y formó parte del equipo del Instituto Esalen en California. Allí tuvo grandes experiencias en el mundo terapéutico y en el mundo espiritual. Contactó con el sufismo y se convirtió en uno de los introductores de Eneagrama en occidente. También bebió del budismo tibetano y el zen.
Claudio Naranjo ha dedicado su vida a la investigación y a la docencia en Universidades como Hardvard y Berkeley. Ha fundado el programa SAT, una integración de la terapia Gestalt, el Eneagrama y la Meditación para enriquecer la formación de profesores. En este momento está lanzando un aviso muy contundente: o cambiamos la educación o este mundo se va a pique.

-Dices que para cambiar el mundo hay que cambiar la educación ¿cuál es la problemática de la educación y cuál es tu propuesta?
-La problemática en la educación no es de ninguna manera la que a los educadores les parece que es. Creen que los estudiantes ya no quieren lo que se les ofrece. A la gente se le quiere forzar a una educación irrelevante y se defiende con trastornos de la atención, con desmotivación. Yo pienso que la educación no está al servicio de la evolución humana sino de la producción o más bien de la socialización. Esta educación sirve para domesticar a la gente de generación en generación para que sigan siendo unos corderitos manipulables por los medios de comunicación. Esto es socialmente un gran daño. Se quiere usar la educación como una manera de meter en la cabeza de la gente una manera de ver las cosas que le conviene al sistema, a la burocracia. Nuestra mayor necesidad es la de una educación para evolucionar, para que la gente sea lo que podría ser.
La crisis de la educación no es una crisis más entre las muchas crisis que tenemos, sino que la educación está en el centro del problema. El mundo está en una crisis profunda porque no tenemos una educación para la conciencia. Tenemos una educación que en cierto modo le está robando a la gente su conciencia, su tiempo y su vida.
El modelo de desarrollo económico de hoy ha eclipsado el desarrollo de la persona.

-¿Cómo sería una educación para que seamos seres completos?
-La educación enseña a la gente a pasar exámenes, no a pensar por si misma. En un examen no se mide la comprensión, se mide la capacidad de repetir. ¡Es ridículo, se pierde una cantidad tan grande de energía! En lugar de una educación para la información, se necesitaría una educación que se ocupe del aspecto emocional y una educación de la mente profunda. A mi me parece que estamos presos entre una alternativa idiota, que es la educación laica y una educación autoritaria que es la educación religiosa tradicional. Está bien separar Estado e Iglesia pero, por ejemplo en España, han echado por la borda el espíritu como si religión y espíritu fueran la misma cosa. Necesitamos que la educación atienda también a la mente profunda.

-¿Cuándo hablas de espiritualidad y de mente profunda a qué te refieres exactamente?
-Tiene que ver con la conciencia misma. Tiene que ver con aquella parte de la mente de la que depende el sentido de la vida. Se está educando a la gente sin ese sentido. Tampoco es la educación de valores porque la educación de valores es demasiado retórica e intelectual. Los valores deberían ser cultivados a través de un proceso de transformación de la persona y esta transformación está muy lejos de la educación actual.
La educación también tiene que incluir un aspecto terapéutico. Desarrollarse como persona no se puede separar del crecimiento emocional. Los jóvenes están muy dañados afectiva y emocionalmente por el hecho de que el mercado laboral se traga a los padres y ya no tienen disponibilidad para los hijos. Hay mucha carencia amorosa y muchos desequilibrios en los niños. No puede aprender intelectualmente una persona que está dañada emocionalmente.
Lo terapéutico tiene mucho que ver con devolverle a la persona la libertad, la espontaneidad y la capacidad de conocer sus propios deseos. El mundo civilizado es un mundo domesticado y la enseñanza y la crianza son instrumentos de esa domesticación. Tenemos una civilización enferma, los artistas se dieron cuenta hace mucho tiempo y ahora cada vez más los pensadores.

-A la educación parece solo interesarle desarrollar la parte racional de la gente ¿Qué otras cosas podrían desarrollarse?
-Yo pongo énfasis en que somos seres con tres cerebros: tenemos cabeza (cerebro intelectual), corazón (cerebro emocional) y tripas (cerebro visceral o instintivo). La civilización está íntimamente ligada por la toma de poder por el cerebro racional. Con el momento en que los hombres predominaron en el dominio político, unos 6000 años atrás, se instaura esto que llamamos civilización. Y no es solamente el dominio masculino ni el dominio de la razón sino también de la razón instrumental y práctica, que se asocia con la tecnología; es este predominio de la razón instrumental sobre el afecto y sobre la sabiduría instintiva lo que nos tiene tan empobrecidos. La plenitud la puede vivir sólo una persona que tiene sus tres cerebros en orden y coordinados. Desde mi punto de vista necesitamos una educación para seres tri-cerebrados. Una educación que se podría llamar holística o integral. Si vamos a educar a toda la persona, hemos de tener en cuenta que la persona no es solo razón.
Al sistema le conviene que uno no esté tanto en contacto consigo mismo ni que piense por sí mismo. Por mucho que se levante la bandera de la democracia, se le tiene mucho miedo a que la gente tenga voz y tenga conciencia.
La clase política no está dispuesta a apostar por la educación.

-La educación nos sumerge en un mar de conceptos que nos separan de la realidad y nos aprisiona en nuestra propia mente ¿Cómo se puede salir de esa prisión?
-Es una gran pregunta y es una pregunta necesaria en el mundo educacional. La idea de que lo conceptual sea una prisión requiere una cierta experiencia de que la vida es más que eso. Para uno que ya tiene el interés en salir de la prisión de lo intelectual, es muy importante la disciplina de detener la mente, la disciplina del silencio, como se practica en todas las tradiciones espirituales: cristianismo, budismo, yoga, chamanismo… Parar los diálogos internos en todas las tradiciones de desarrollo humano ha sido visto como algo muy importante. La persona necesita alimentarse de otra cosa que conceptos. La educación quiere encerrar a la persona en un lugar donde se la somete a una educación conceptual forzada, como si no hubiera otra cosa en la vida. Es muy importante, por ejemplo, la belleza. La capacidad de reverencia, de asombro, de veneración, de devoción. No tiene que ver necesariamente con una religión o con un sistema de creencias. Es una parte importante de la vida interior que se está perdiendo de la misma manera en que se están perdiendo los espacios bellos de la superficie de la Tierra, a medida que se construye y se urbaniza.

-Precisamente quería preguntarte tu opinión sobre la crisis ecológica que vivimos.
-Es una crisis muy evidente, es la amenaza más tangible de todas. Se puede prever fácilmente que con el calentamiento de la Tierra, con el envenenamiento de los océanos y otros desastres que están pasando, no vamos a poder sobrevivir tantas personas como las que somos ahora.
Estamos viviendo gracias al petróleo y consumimos más recursos de los que la tierra produce. Es una cuenta atrás. Cuando se nos acabe el combustible será un desastre para el mundo tecnológico que tenemos.
La gente a la que llamamos más primitiva como los indígenas tienen una forma de tratar a la naturaleza que no viene del sentido utilitario. En la ecología como en la economía y otras cosas, hemos querido prescindir de la conciencia y funcionar sólo con argumentos racionales y eso nos está llevando al desastre. La crisis ecológica sólo puede pararse con un cambio de corazón, verdadera transformación, que sólo la puede dar un proceso educativo. Por eso no tengo mucha fe ni en las terapias ni en las religiones. Solo una educación holística podría prevenir el deterioro de la mente y del planeta.

-¿Podríamos decir que has encontrado un equilibrio en tu vida a esas alturas?
-Yo diría que cada vez más, aunque no he terminado el viaje. Soy una persona que tiene mucha satisfacción, la satisfacción de estar ayudando al mundo en el que estoy. Vivo feliz, si se puede ser feliz en esa situación trágica en la que estamos todos.

-Desde tu experiencia, tu trayectoria y tu madurez, ¿cómo procesas el hecho de la muerte?
-En todas las tradiciones espirituales se aconseja vivir con la muerte al lado. Hay que hacerse a esa evidencia de que somos mortales y creo que el que toma la muerte en serio no será tan vano. No tienes tanto miedo a cosas pequeñas cuando hay una cosa grande de la cual preocuparte más. Yo creo que la muerte sólo puede superarla uno que en cierto modo muere antes de morir. Uno tiene que morir a la parte mortal, a la parte intrascendente. Los que tienen suficiente tiempo y vocación y que llegan suficientemente lejos en este viaje interior se encuentran tarde o temprano con su verdadero ser. Y ese ser interior o ese ser lo que uno es, es algo que no tiene tiempo y que le da a una persona una cierta paz o un sentido de invulnerabilidad. Estamos muy absortos en nuestra vida cotidiana, en nuestros pensamientos de alegría, tristeza, etc… No estamos en nosotros, no estamos atentos a quien somos. Para eso necesitamos estar muy en sintonía a nuestra experiencia del momento. Esta es la condición humana, estamos viviendo hacia el pasado y el futuro, el aspecto horizontal de nuestra vida. Pero poco atentos a la dimensión vertical de nuestra vida, el aspecto más alto y más profundo, eso es el espíritu y es nuestro ser y la llave para acceder es el aquí y ahora.

A veces vamos en busca del ser y a veces nos confundimos en la búsqueda de otras cosas menos importantes como la gloria.
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Más información sobre Claudio Naranjo en
http://www.fundacionclaudionaranjo.com

miércoles, 29 de junio de 2011

Para Compartir: "Los Hijos", del libro "El Profeta" de Gibrán Khalil Gibrán.

Los Hijos

Y una mujer que sostenía un niño contra su seno pidió: Háblanos de los hijos.
Y él dijo:

Vuestros hijos no son hijos vuestros.
Son los hijos y las hijas de la Vida, deseosa de sí misma. Vienen a través vuestro, pero no vienen de vosotros.
Y, aunque están con vosotros, no os pertenecen.
Podéis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos.
Porque ellos tienen sus propios pensamientos.
Podéis albergar sus cuerpos, pero no sus almas.
Porque sus almas habitan en la casa del mañana que vosotros no podéis visitar, ni siquiera en
sueños.
Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no busquéis el hacerlos como vosotros.
Porque la vida no retrocede ni se entretiene con el ayer.
Vosotros sois el arco desde el que vuestros hijos, como flechas vivientes, son impulsados hacia delante.
El Arquero ve el blanco en la senda del infinito y os doblega con Su poder para que Su flecha vaya veloz y lejana.
Dejad, alegremente, que la mano del Arquero os doblegue.
Porque, así como El ama la flecha que vuela, así ama también el arco, que es estable.




martes, 28 de junio de 2011

La más triste de las noticias

Hace algunos días escribí acerca de lo difícil que es aceptar la enfermedad de nuestros niños. En mi mente estaba la preocupación por una pequeña a la que se le había diagnosticado Leucemia.

Hoy, lloré ante la noticia de que esta enfermedad, con toda la violencia con la que se ensañó contra una niña, le arrebató su último suspiro, y le ganó la última batalla.

Mi Fé me permite entender su muerte como una transformación, imaginarla como el ángel que desde el cielo acompañará a su familia, entregando luz como acá en la tierra repartía sonrisas.

Sin embargo, mi pena está con su madre. Porque no soy capaz de imaginar ese dolor y estoy segura de que es imposible llenar ese vacío. Ese espacio en que ella, su niña, su pequeña ya no está en este mundo.

¿Qué me enseña esta situación de vida? ¿Qué puedo aprender de esta dura realidad, que no es propia pero que me ha tocado conocer de cerca?... me enseña mucho.

Ya me lo han dicho muchas veces, los hijos no son nuestros, son prestados. Ellos no vivirán nuestras vidas, vivirán las suyas propias. Ellos escribirán sus propias historias, aunque sean cortas. Nuestra misión es que desarrollen sus propias alas y aprendan a volar, aunque su rumbo sea hacia el cielo.

Mis hijos son pequeños, y aunque sé todo esto, me da mucho miedo de perderlos. Me aferro a ellos como si aún estuvieran atados a mí por el cordón umbilical, aunque lo cortaron hace tiempo, al menos físicamente. Hoy, los abracé con más fuerza, mucha más fuerza. No creo que hayan entendido por qué.

Por último, cuando me pregunto que pasaría si un ángel me previniera que voy a perder a un hijo y me ofreciera la posibilidad de olvidarlo, de sólo llevárselo y evitarme el sufrimiento de su recuerdo; me opondría terminantemente a negar un sólo segundo de su existencia.

Es terriblemente doloroso perder un padre. Lo sé y he dedicado varias líneas a compartir esa experiencia en este blog. Pero perder a un hijo debe ser un sentimiento desgarrador, que atenta contra las entrañas de una madre, arrebatando el tesoro concebido, la vida.

Es triste tener que compartir estas ideas, pero el poder hacerlo me ayuda... a trabajar la pena, a elaborar un duelo que esta vez, gracias a Dios es prestado.


martes, 24 de mayo de 2011

La salud de nuestros Hijos

Si hay algo que realmente me angustia, es cuando uno de mis hijos se enferma o accidenta. Y no me refiero a una gripe o a un simple resfrío, sino cuando necesito llevarlos a qué les hagan exámenes, a cuando quedan en observación; y cada minuto esperando una respuesta para saber qué es lo que tienen, parece clavarse en el reloj.

Las enfermedades nos muestran lo frágil y delicada que es esta extraña máquina que es nuestro cuerpo humano, lo rápido que se puede echar a perder, y lo difícil que es preveer que esto vaya a ocurrir.

Y si bien es esperable que enfermen las personas que ya tienen sus años, y entre ellas me pongo en la lista, no lo es cuando se trata de niños pequeños. Ellos gozan de tanta energía, de tantas ganas de reir y disfrutar, que cuando nos dicen que están gravemente enfermos nos sentimos morir.

Se pone a prueba nuestra Fé, porque pensamos y sentimos que no es justo. Preferiríamos mil veces que el diagnóstico cayera sobre nosotros y no sobre nuestros pequeños. Creemos que sería mucho más fácil aceptarlo y tolerarlo en nosotros, pero jamás en ellos.

Escribo esto, porque hace algunos días, nos enteramos con mucho dolor, que a una pequeña de 2º básico del colegio de mis hijos le diagnosticaron leucemia.

Una niña que hasta hace pocas semanas corría y jugaba naturalmente por los patios de su colegio, compartiendo la alegría de vivir con sus compañeros y amigos, hoy está en una pieza de hospital, acompañada de la cálida presencia de su familia, deseando probablemente volver pronto a su casa; y esperando obtener las respuestas a las preguntas que el futuro hoy le hace a su presente.

Me pongo a pensar y trato de imaginar... pero no puedo, me angustia la idea a tal punto que me quedo en blanco, y vuelve, una y otra vez, la pregunta... ¿Qué será de su niñez?

Sólo espero, y por eso la tengo diariamente en mis oraciones, que ella y sus padres encuentren la fuerza para superar y entender estos difíciles momentos. Que puedan aceptar esta terrible situación como una prueba, muy dura por cierto, para demostrarse cuánto se quieren, cuánto han aprendido de la vida, y así crecer juntos, encontrar un sentido, y ser... como el metal, que se forja en el fuego, golpe a golpe, para alcanzar una forma cada vez más perfecta.

Me gustaría confesar, que hoy ruego con más fuerza a Dios para que nos acompañe como familia, proteja a cada uno de mis hijos, y que en la medida de lo posible, según sea su voluntad, nos libre de tan extremo y severo aprendizaje.

Y por último, para las familias que se encuentran en esta difícil situación, un consejo “profesional”, que nace más de lo “maternal”que de lo académico (aunque se corrobora con un montón de estudios científicos acerca de cómo es que funciona nuestro sistema defensivo, como es la respuesta al estrés, y de cómo se recupera el organismo), es: “mucho amor, muchas caricias, muchas risas y mucho saber estar, saber acompañar”

lunes, 16 de mayo de 2011

Para Compartir: Ser Mamá, por Isabel Allende


Siempre que quieren hablar de madres en la televisión muestran mujeres con chicos en los brazos, sonrientes, dulces, cariñosas, sin una pizca de cansancio, espléndidamente maquilladas y a eso agregan maravillosas frases de posters.
¡¡Mentiras !!!

Las mamás no somos abnegadas amantes del sacrifico y aguerridas guerreras que todo lo pueden. (aunque más de una vez queremos abarcar TODO)
Las mamás lloramos abrazadas a la almohada cuando nadie nos ve, pedimos la epidural en el parto.

Puteamos en 17 idiomas cuando tenemos que poner el despertador a las 2 de la mañana para ir a buscarlos a una fiesta.

Cuando les decimos que no se peleen con ese compañerito que les dice 'enano' o 'cuatro ojos', y les damos toda clase de explicaciones conciliatorias, en realidad querríamos tener el cogote del pequeño verdugo entre nuestras manos.

Y también pensamos que la vieja de geografía es un mal bicho cuando les baja la nota porque no saben cuántos metros mide el Aconcagua que, al final, a quién carajo le importa!.
(Pero no lo podemos decir.)

No es que nos encante pasarnos horas en la cocina tratando de que el pescado no tenga gusto a pescado y disimulando las verduras en toda clase de brebajes, en lugar de tirar una hamburguesa a la plancha.... Es que tenemos miedo de que no crezcan como se debe.


No es que nos preocupe realmente que se pongan o no un saquito... Es que tenemos miedo de que se enfermen.

No es que los queramos más cuando se bañan.... Es que no queremos que nadie les diga roñosos.
No lo hacemos por Uds. Lo hacemos por nosotras.

Porque ser mamá no tiene que ver con embarazos, pañales y sonrisas de aspirinetas.
Tiene que ver con querer a alguien más que a una misma. Con ser capaz de cualquier cosa con tal de que ustedes no sufran. NADA, nunca, jamás.

Ustedes nos hacen felices.... cuando les encantan nuestras milanesas, cuando nos consideran sabias por contestar todas las preguntas de los concursos de la tele.

Cuando vienen llorando a gritos porque se rasparon la rodilla y nos dan la posibilidad de darles consuelo…. y curitas.

Cuando recién levantadas nos dicen, qué linda que estás, mamá.
Cuando nos proponen casamiento porque somos "SU NOVIA".(y lo disfrutamos mientras llega la primer noviecita que nos destierra de ese lugar)

USTEDES NOS HACEN MEJORES.

Nos dan ganas y fuerzas. Nos comeríamos un animal crudo antes de que les toque un dedito del pie.

Nos lavamos la cara y salimos del baño con una sonrisa de oreja a oreja para hacerles saber que la vida es buena, aunque nos vaya como el reverendo cara....

Cantamos las canciones de Chiquititas y vemos Barney y escuchamos a Los piojos y compramos Nopucid y repasamos 500 veces la tabla del 2 y arreglamos el carburador para llevar a los chicos a fútbol, a inglés, a dibujo, a la psicóloga, a basquet, a volley, a danzas, a la casa de la amiga, a la maestra particular, al dentista, al médico, a comprar un pantalón...

Y armamos 24 bolsitas con anillitos y pulseritas y tratamos de que el pastel parezca un Pikachu

Y nos buscamos otro trabajo y sacamos créditos y nos compramos libros y vamos al psiquiatra
y al pediatra y a los videos y negociamos con los maestros y los acreedores y recortamos figuritas
y estudiamos junto a ustedes ríos, provincias, las capitales de los países de Europa y nos ponemos lindas y nos enojamos y nos reímos y nos salimos de quicio y nos convertimos en la bruja y la princesa de todos los cuentos.....

Sólo y exclusivamente para verlos felices.

VERLOS FELICES ES LO QUE NOS HACE FELICES.
Ojalá pudiéramos pegar el mundo con cinta scotch (como la lámpara que cayó en combate en la última guerra de pijama party), para que fuera un lugar mejor para ustedes.

GRACIAS POR HACERME SU MAMÁ. GRACIAS POR HACERME TAN IMPORTANTE.

Gracias, por esas porquerías que hacen en el colegio con corchitos y palillos (que casi nunca entiendo para que sirven pero guardo religiosamente)

Gracias por los abrazos, los besos, las lágrimas, los dolores, los dientes de leche, las cartitas, los dibujos en la heladera, el Amoxidal

Por tantas noches sin dormir, los boletines, las plantas rotas del jardín por jugar a la pelota,
Por mi maquillaje arruinado por ser usado para jugar a la mamá, por las fotos de la primaria.....

Son mis mejores medallas.
Gracias porque LOS AMO.
Y ese, es el amor que me hace grande.

Lo demás es marketing...

martes, 19 de abril de 2011

El Jardín Infantil... un lugar para aprender a amar.

Hace algunos días atrás, nos vimos impactados con la noticia de que en un Jardín Infantil, las tías maltrataban verbal y físicamente a los niños.

Gracias a la inteligencia y valentía de una vecina, quien se atrevió primero a filmar las imágenes que comprobaban tal brutalidad antes de hacer la denuncia, se logró terminar con el dolor y abuso que estaban recibiendo estos pequeños, pues se evidenciaba en el vídeo que no era ni una, ni dos, sino tres tías las que amparadas tras una muralla, golpeaban, gritaban, e insultaban a los niños, creyendo probablemente que no iban a ser descubiertas.

Son varias las cosas que me llevan a sentir una rabia y frustración inmensas, así como una decepción absoluta con la capacidad maternal inexistente de algunas mujeres, que se supone se han preparado y formado para cuidar niños.

Después de haber estado 5 años a cargo de un Jardín Infantil, me duele que ocurran estos abusos. Los niños se entregan con tanto cariño, con tanta inocencia, en busca de brazos acogedores que los quieran y le entreguen no sólo educación, sino también franco y real amor.

El Jardín Infantil, desde sus inicios, tal como fue concebido, fue pensado como un lugar donde los niños más pequeños pudieran encontrar el espacio para desarrollar todas sus potencialidades, recibieran toda la estimulación necesaria para crecer y pudieran sentirse, cuidados, protegidos y dignos de ser queridos y recibir amor.

Que terrible que en ese lugar aquellos niños y sus familias encontraran todo lo contrario. Doy gracias a Dios porque sé que en ellos existe la capacidad y la fuerza para salir adelante y superar esta experiencia tan negativa de vida. Con un buen acompañamiento, apoyo y cariño, estos niños superaran esta situación sin que quede en ellos necesariamente una trauma.

Pero, y nuestra sociedad?, podrá recuperarse?, confiaremos nuevamente en esta noble profesión que realizan las educadoras de párvulos?.

Una de las cosas que más me impactó, fue el hecho que si bien habíamos sabido anteriormente de algunas situaciones de abusos en Jardines, estos eran hechos aislados, perpetrados por una sola persona enferma, que a escondidas de las demás maltrataba a algunos pequeños.

En este caso eran tres tías, prácticamente coludidas, y al parecer por el vídeo, no era sólo a algunos niños, sino a muchos.

Me parece terrorífico que no se hubiera levantado ni una sola voz al interior de ese Jardín llamando a la sanidad mental y a la cordura, dejando en claro que tales tratos no se podían, bajo ningún punto de vista, realizar a niños tan pequeños, tan indefensos, así como a ningún ser humano.

Escuché hoy en las noticias, que la solución adoptada por este Jardín, después de obviamente despedir a todas las parvularias y contratar otras, fue instalar cámaras de seguridad, donde los padres podrán vigilar las acciones de las tías así como las actividades de sus hijos.

Muchos jardines ya habían implementado con anterioridad esta medida.

Y esto me entristece porque me doy cuenta de cómo crece día a día la desconfianza a todo nivel. Ahora son los Jardines, ya estaban las cámaras en tiendas y supermercados, luego estarán en colegios, en oficinas, en todas partes. Por que parece que ya no sirve con creer en la capacidad de cada ser humano por optar por el bien, en el actuar ético de cada profesional, ya no... al parecer han sido demasiadas las decepciones.

Así podríamos exigir que ante cualquier procedimiento médico, para confirmar o descartar una posible negligencia, que este fuera grabado. Ante cualquier consulta con un abogado, grabar los consejos, filmar las firmas, etc. para que realmente tengan validez los documentos, etc, etc.

Por esto, siento que estos últimos acontecimientos no sólo causaron una gran daño en las familias y en los niños que confiaron en el profesionalismo de las tías de ese Jardín, sino que esta situación, causó un daño aún más grande en nuestras conciencias, en nuestra capacidad para creer en el buen corazón de los otros, creer en la bondad y el cariño que nos despiertan los niños, así como el deseo de cuidarlos y protegerlos por sobre todas las cosas.

Y porque aún no me siento del todo preparada para abordar el tema, sólo quiero agregar una idea más, sin profundizar en ella, una idea que me duele en el fondo de mi Fé, que es pensar que quizás también debamos poner cámaras en parroquias, seminarios, etc., dónde y cuando personas consagradas estén con niños y menores de edad.

lunes, 14 de marzo de 2011

Y de nuevo con el 2012!!

Estos últimos días, con tanta tragedia en otros países, y con este efecto de tsunami en nuestras costas que venía de tan lejos, una vez más mis niños me están preguntando acerca del 2012; que si es cierto lo que dicen que se acaba el mundo... o no...

Es muy duro para una madre, y me imagino cómo será para muchas, tener que estar dando siempre explicaciones acerca de cómo la Tierra, nuestra única casa por el momento, sufre constantes cambios y lo hace desde su nacimiento hace millones de años.

Mis hijos son muy pequeños aún para grandes explicaciones, a causa de su limitada capacidad de pensamiento pues aún están a un nivel muy concreto y no han alcanzado un nivel de pensamiento abstracto.

Trato de que comprendan que la Tierra existe mucho antes de nuestra aparición en la historia del planeta, que sólo somos una anécdota en miles y miles de años, y que como tal, la Tierra ha cambiado en temperaturas, en geografía, etc. y sigue aquí, sigue girando en nuestro sistema solar, como parte de una galaxia en un tremendo universo.

Me ayudo con películas infantiles que han visto, pero no es suficiente, a ellos les preocupa el hoy, y para ellos la Tierra esta siendo agresiva con nuestra especie.

Los abrazo y los beso en un afán de calmar su angustia, pero sin duda ellos se dan cuenta que yo no tengo todas las respuestas.

Nos ayuda nuestra Fé, nuestra firme creencia de que hay un Dios que nos cuida y tiene un plan para cada ser humano, para cada hombre y mujer en este planeta, y que Él, sólo Él sabe cuando se va a acabar nuestro mundo, porque sí es cierto que nuestro sol, así como todas las cosas, tiene también una fecha de expiración, o sea, se va a apagar.

Y la gracia es no pensar en lo que no podemos evitar, si no pensar en lo que podemos construir.

Les hago pensar en lo difícil que era imaginar la posibilidad de conquistar un nuevo mundo en la época de Cristóbal Colón  y fue posible, estaba ahí, sólo había que tener Fé y buscar los medios para alcanzar esas nuevas tierras, que por cierto, no las andaban buscando.

Nuestros hijos son seres del futuro, y creo que ellos deben tener la fuerza y la esperanza, la imaginación, para creer que se pueden conquistasr nuevas estrellas.

Y mientras buscamos los medios, mientras buscamos los caminos, mientras trabajamos en esas nuevas rutas. Debemos aceptar las condiciones que han estado desde mucho antes que naciéramos como especie en este planeta, debemos entender que a cada región le tocan sus "ajustes", a nosotros nos tocan los terremotos, a otros les tocan los huracanes y los tornados.

No hay maldad en las acciones de la Tierra, así como la lluvia no busca botar los huevos de los pajaritos de sus nidos, la Tierra no está buscando que nosotros desaparezcamos.

Cuando me hablan del 2012, les cuento que hubo un 1000 y un 2000 que se esperaron con mucho temor  y sin embargo aquí estamos. Les cuento que las fechas son sólo acuerdos que tenemos algunas personas, pero que por ejemplo los chinos están en otro año porque cuentan primaveras desde hace muchísimo más tiempo.

Y así trato de calmar lo que hasta a mí me angustia cuando salen tantos "profetas falsos" anunciando el fin del mundo.

La verdad es que no puedo culpar a los niños por ponerse ansiosos con tal terrible idea, pues me basta ver a muchos adultos que por estos días andan igual de preocupados. Me gustaría encontrar más apoyo en tranquilizar, en volver a dar Fé y esperanza.

Ojalá el cine se volcara a hacer películas que muestren más al ser humano como seres de luz y paz que alcanzan nuevas estrellas, y no como a hormigas a las que se les viene encima su hogar, o que somos invadidos y asesinados por miles de extraterrestres, o que encontramos nuestro final en una gran explosión nuclear.

Como siempre, el secreto del crecimento, es guiar nuestras visiones de nosostros mismos hacia lo que queremos, hacia lo que nos es correctamente deseable, en pensar en un futuro como mejor podríamos imaginarlo. Ayudemos a nuestros niños en ese camino, centremos ese rumbo en sus cabezas, buscar juntos trabajar cada día en hacer de éste un mundo mejor.

martes, 4 de enero de 2011

¡ Feliz Año Nuevo 2011 !


Todos los años pasa lo mismo. Esperamos, con más o menos emoción, estas fechas que marcan el fin de un ciclo y el comienzo de otro, y todo pasa tan rápido.


Hoy que ya desarmamos el arbolito de Navidad, pensé una vez más, que será hasta el próximo año.


Así todas las casas pasan por el mismo proceso. Sacar las luces, guardar los adornos y el Pesebre, llevar todo a un lugar donde dormiran por unos largos once meses. Tomar lo que quedó de Cola de Mono y disfrutar los últimos pedazos de Pan de Pascua.


Y quedo con una extraña sensación de ... ¿eso era todo?


Tanta preocupación, tanto trabajo, tanto correr para recibir a la Familia, para que lo pasaramos bien, contentos, unidos. Momentos para recordar las navidades pasadas, recordar a los que en esta oportunidad no nos acompañaron, no al menos en presencia física; recordar y marcar el paso del tiempo, que se pasa taaaan rápido.


Debo confesar que este año no disfruté la fiesta de Año Nuevo como lo hacía antes. Me costó ponerme en sintonía con la emoción de quitar esa última página del calendario, como si el número 2011 no me dijera nada nuevo, sólo otro número más.


Se me olvidaron las lentejas, me acordé por suerte del brindis con el anillo de matrimonio, no armé maletas para salir a pasear, sí me puse un vestido nuevo y el primer abrazo se lo di a mi marido. El tema es que pueden ser puras tonteras, pero son las que le dan el sentido a "lo distinto" de esas primeras horas del primer día del año. Es entretenido hacerlo porque de lo contrario... que tendría de "mágico" el 1º de Enero.


Una vez más, ver los fuegos artificiales, escuchar las botellas de champaña destapándose, los abrazos y los buenos deseos, realmente, de corazón lo digo, espero que este año sea mucho mejor que el anterior.


El 2010 fue un año que nos golpeó, en lo general y muy en lo particular. Dios quiera que este año nuevo no se pase tan rápido y me permita recuperar ese deseo lindo de comenzar con el pie derecho, con entusiasmo, con esperanza.


Voy a darle una posibilidad al 2011. Quien sabe... a lo mejor este año si "le damos el palo al gato", a lo mejor este año es "nuestro" año. Y si no, ya vendrá el 2012. Total, se pasa tan rápido!!