jueves, 13 de junio de 2019

Fin de la infancia, fin del Blog

Ha pasado el tiempo, increíblemente rápido, y ya no me quedan infantes.
Ahora tengo en casa dos adolescentes y un adulto joven (ridícula clasificación porque para mi sigue siendo un niño).
Se echan de menos esas risas fuertes, francas, abiertas.
Se echan de menos esas entradas violentas, llenas de energía, tirándose sobre sillones y camas, con total indiferencia.
Es como si todo hubiese aprendido un ritmo tranquilo, suave y maduro.
Ya las tareas no son físicas, sino mentales. No por ello menos desafiantes o agotadoras.
Las reglas fijadas hace tanto tiempo, se han movido, pero no han desaparecido. No puede existir crianza sin reglas. Nos ayudan a todos.
El amor es fuerte, muy fuerte.
Agradezco haberlo hecho de tal manera que los abrazos y los besos no se han perdido.
Los crié niños de piel y ahora, siguen siendo mis brazos refugio, contención, alegría, cariño y la dosis de amor necesaria para vivir, tanto como necesitamos del oxígeno para respirar.
Y siendo ellos así, han aprendido a compartir esos abrazos no sólo con el papá, sino también con amigos, amigas y algunos... más que eso.
Hemos alcanzado muchas metas. Diplomas y premios me llenan de orgullo.
Pero en este caminar, he aprendido algo muy importante. No son mis metas, no son mis desafíos, no son mis elecciones.
Yo los acompaño, los apoyo, los motivo, los levanto si se caen muy fuerte, pero sé que no es mi camino. Yo les regale vida para que la vivan, y lo que se regala no se cobra.
Sigo aprendiendo. Nunca he dejado de crecer con mis niños. Algunos incluso, podrían opinar que me han hecho vieja. Y puede ser. Pero una vieja más sabia.
Por eso escribo esto a modo de despedida.
Para dar paso a una nueva etapa.
Sin duda hay miles de cosas que me hubiese gustado agregar, miles de cosas que me hubiese gustado compartir. Pero he aprendido a soltar. A reconocer que no se puede estar triste por lo que no fue, por lo que no se hizo.
Así que para eso escribo hoy.
Dar gracias por todo lo que fue en un momento tan necesario de compartir, pero que ahora ya no encuentra en mí esa misma fuerza, por lo que prefiero cerrar este círculo y decir adiós.
Gracias y adiós a este Blog

No lo voy a borrar... quién dice que no lo retome cuando me hagan abuela.😊