martes, 14 de diciembre de 2010

Preparemos el corazón



Siguiendo con el tema de la Navidad, me gustaría comentar acerca de la "otra locura de Navidad". Adornos, arbolitos, guirnaldas, y a veces pesebres.


Ya no basta, al parecer, con un sencillo árbol de pascua, verde, con un par de guirnaldas y tiernos adornos muchas veces hechos por nuestros hijos en el colegio, en esas interminables horas finales en que las profes ya no saben que más hacer con ellos, porque ya terminaron de pasar materia y hasta las últimas pruebas.


Ahora, los arbolitos vienen de colores: blancos, rojos, metalizados, plateados, dorados!!. Todo esto combinado con un espectacular juego de luces y adornos brillantes, en uno o dos tonos (no más, no vaya a quedar chabacano o "chimbiroquero"). Y ni pensar colgar en uno de estos elegantes arbolitos algún "feo" adorno, terminado a penas, por las manos de uno de los "pequeños artesanos" de la casa.


Como si esto no fuera suficiente, también está el adorno de la puerta. Aquí debo confesar que adoro el mío; es una corona de navidad bastante grande con unos hermosos pascueros, mamá y papá Noel, estilo country hechos en soft, que me encantan... tanto me gusta que no lo cambio, y no lo haría, porque lo tengo desde que mis niños eran muy chiquititos.


Y el problema, según como yo lo veo, no está en la desesperación que genera en la gente por lograr la mejor y más "fashion" decoración navideña, ni en todo los recursos económicos que invierten en ello... si no en la falta de preparación de lo que a mi entendimiento es lo más fundamental para presentar a los demás en estas importantes fechas... el corazón.


Después de un año de excesivo estrés, bien nos haría tomar una horita diaria para pensar en lo que ha sido este año para nosotros, cuál ha sido nuestra participación y colaboración en la familia, cómo nos hemos portado con nuestros amigos, cómo ha estado nuestro rendimiento en el trabajo, etc. Es momento para acompañar al que hemos dejado solo, para pedir perdón al que hemos ofendido o lastimado, para ayudar al que nos necesite, escuchar, abrazar, y dar cariño a los que nos rodean.


Hay todo un mundo interior que "decorar" para que brille y sorprenda a los demás. Pero estos "adornos" deben ser verdaderos, sinceros y profundos... no pueden ser puras luces y brillos. El mundo sabrá reconocer un trabajo real en lo más hermoso de nuestro ser.


De ahí nace una nueva invitación. Les propongo a todos en este período de adviento, que preparemos nuestro corazón, para recibir a Jesús en un nuevo pesebre, sencillo y austero, pero lleno y hasta ostentoso de amor, solidaridad y cariño.


jueves, 9 de diciembre de 2010

Navidad y Delincuencia



Estamos acercándonos a una de las fechas más hermosas del Año, en la que esperamos celebrar en familia, con alegría y emoción, el Nacimiento de Jesús.


Es una fecha para celebrar la suerte de estar juntos, de tenernos los unos a los otros y eso debería bastar como regalo. Debería ser suficiente el amor que nos brindamos, el saber que contamos con el cariño de los que nos rodean y que nos regalan sonrisas, abrazos y mucho muchísimo amor.


Sin embargo, la Navidad se convierte en una suerte de competencia por quién consigue el regalo más caro y más impactante... cuando la sencillez, ...la humildad, fue lo que marcó ese bello nacimiento en el Portal de Belén.


Y como si este correr y correr detrás de miles de regalos no fuera suficiente, hay "otros" que corren y corren pero detrás de nuestras billeteras y de nuestras tarjetas.


La delincuencia aumenta tanto, que me llega a dar miedo salir a comprar.


En estos últimos días me he enterado de muchos casos de personas que han sido robadas, uno de ellos penosamente muy cercano; y ahí uno da gracias que los bancos aún respondan, y que existan los seguros ante el robo de tarjeta y de clave!!.


Puedo parecer paranoica cuando digito mi clave o pinpass... pero me importa un rábano si la persona que está detrás mío se ofende por cómo cubro mis numeritos... pero es que uno nunca sabe. Es tan cierto eso de que uno ve cara pero no corazones.


El punto es que cada año parece ponerse peor el tema. Y me da una rabia y una impotencia enorme pensar en que a "esta gente" le importa nada arruinar la navidad de otro... porque da la idea (y puede que no esté equivocada) que jamás los pillan y se ríen de lo fácil que es apropiarse de lo que otros se han ganado con tanto trabajo y esfuerzo.


Que pena pensar en que una vez más la Navidad va perdiendo su magia, y hay situaciones que la van convirtiendo en uno de los peores y más detestados períodos del año. Ya no sólo por las aglomeraciones, por los locos desesperados por comprar, por no encontrar estacionamientos en los supermercados, por los endeudamientos sobredimensionados, por las listas kilométricas de los niños a Santa, por los llantos de frustración si no llegó ese regalo tan esperado, en fin... tantas cosas desagradables a las que más encima se le suman el tener que andar asustados y paranoicos porque cualquiera puede estar queriendo hacer su "Navidad" a costa nuestra.


Tal como dije el año pasado... POR FAVOR recuperemos el verdadero sentido de la Navidad.

martes, 7 de diciembre de 2010

A veces Menos es Más




En mi afán de escribir algo interesante, completo e importante, no he escrito nada.

A veces por querer hacer algo tan espectacular y fantástico, prueba clara de nuestro Coeficiente Intelectual elevado, que refleje el gran manejo que tenemos en variadas y significativas materias,  no hacemos nada.

(Conozco a muchos que siempre se están "guardando" para las tareas importantes, y con eso logran vivir de pierna cruzada mientras a otros nos tocan las tareas simples.)

Eso es lo que me ha pasado al menos en relación al blog, y por eso lo he tenido más que abandonado, presa del día a día, de la rutina que captura e inmoviliza, especialmente en el área de la creatividad.

Por que da "lata" escribir las mismas cosas de siempre, lo que uno encuentra fácilmente en todas las revistas y libros de psicología infantil.

Y como mi propósito es escribir cosas distintas, diferentes, cosas de mi experiencia personal, lo que la hace supuestamente única, me he sentido fuertemente frustrada.

Porque lo curioso, y lo irónico, es que mi vida y mis experiencias no distan mucho del cómún de las madres. Me pasa lo mismo que a todas: colegio, tareas, juegos, normas, horas de TV, horas de compu, peleas, hermanos, tiempo libre, colaciones, cansancio, gripes, alergias, etc.,etc.,etc.

Así que como menos es más, trataré de mantenerme conectada escribiendo lo que nos pasa a todas y a todos, pero que siempre es rico compartir. A veces es muy tranquilizador encontrar a alguien que empatice con lo que nos pasa, y que incluso nos invita a reirnos de la cotidianeidad.

Así que vuelvo, con lo que hay, porque como ya dije: menos es más ... porque al menos es algo.



miércoles, 1 de septiembre de 2010

Para Compartir: Enseñar a elaborar las pérdidas

Quiero compartir este artículo con ustedes, el cual fue publicado recientemente por la Psicóloga Neva Milicic, en su columna semanal, en la Revista Ya del diario el Mercurio, pues dada la situación de duelo que estamos viviendo como familia, me reafirma en la idea de que hemos actuado bien al permitirnos expresar, de manera abierta y contenedora, nuestros sentimientos de pena y de pérdida.


"Nunca se debe hacer sufrir a un niño, pero si le sucede algo doloroso sería más dañino que reprimiera o negara el dolor".


Por Neva Milicic, Psicóloga
Revista Ya, El Mercurio

En la infancia, toda pérdida, por pequeña que les parezca a los adultos, es para los niños un proceso doloroso, que produce una reacción emocional de mucha pena y un sufrimiento real.

Los niños experimentan como pérdidas las siguientes situaciones, entre otras: el alejamiento de sus amigos, la separación de sus padres, una baja en su rendimiento escolar, las enfermedades y por supuesto los procesos que se relacionan con la muerte de personas queridas y cercanas. Enseñarles a elaborar las pérdidas es una tarea de desarrollo ineludible.

Para poder elaborar las pérdidas, un niño requiere utilizar todos sus recursos emocionales y cognitivos y del afecto y apoyo emocional de sus personas más significativas, las que deben estar cercanas y disponibles para escucharlos. Aprender a elaborar las pérdidas en la infancia los prepara para enfrentar los duelos mayores que el existir supone durante la adolescencia y la vida adulta.

Cuando hay una pérdida importante se produce un compromiso global, se afectan todos los niveles de funcionamiento de la persona. Es frecuente que los niños se sientan faltos de energía y débiles, presenten alteraciones del sueño, disminución del apetito y en ocasiones bajas en el sistema inmunológico. En el aspecto emocional, además de la tristeza, se presenta desinterés por muchas cosas. A menudo se ponen altamente irritables y muchas veces también hay sentimientos de culpa. Los procesos de pérdida también afectan su sociabilidad. Muchas veces quieren estar solos, se aíslan, otras veces se apegan excesivamente a sus personas significativas. No es raro que se pongan autorreferentes al no saber aún contener sus emociones. En el plano intelectual, les cuesta concentrarse y su capacidad de organización se ve disminuida, así como su productividad.

A veces, los adultos intentan minimizar y distraer a los niños de la legítima pena que están sintiendo, lo que es una mala estrategia. Esta conducta parental es comprensible, porque es muy doloroso ver sufrir a un hijo, pero puede llevar al niño afectado a ocultar sus sentimientos o a disociarse. Por eso, es mejor decir "siento mucho que se haya muerto tu perrito y debes estar pasándolo muy mal" que tratar de minimizar la pena y ofrecer comprarle otro. El niño tiene vínculos afectivos que no deben ser sustituidos inmediatamente. Nunca se debe hacer sufrir a un niño, pero si le sucede algo doloroso sería más dañino que reprimiera o negara el dolor. Es mejor que aprenda a elaborar sus pérdidas, conversándolo con personas significativas. Así aprenderá a pedir y dar soporte emocional en situaciones dolorosas.


lunes, 23 de agosto de 2010

Despedir a un padre y despedir a un abuelo

He estado ausente de mi blog, y no ha sido como a principio de año por la falta de tiempo. Ha sido por una enorme pena que tenía ocupada tanto mi mente como mi corazón, y sin este último… yo no puedo escribir.

Como tanta gente que conozco, no he estado inmune de aquella horrenda enfermedad que de vez en cuando le da por apoderarse de uno de nuestros seres queridos… esta vez me toco a mí ver como un horrible cáncer me separó de mi padre.

Y es que uno sabe lo que es… entiende el diagnóstico… acepta el pronóstico… se prepara para lo inevitable y aún así… uno sucumbe ante el dolor… porque nadie esta preparado para despedir a alguien que se ama tan profundamente.

Y yo no era sólo hija… también soy madre… y sabía que debía ser fuerte ante mis hijos… porque también soy católica… y pese a la pena, …a la tremenda pena, debía ser capaz de transmitir a mis hijos los dones de la vida eterna… en la que yo sí creo… pero cuesta no llorar, cuesta aceptar que no podremos abrazar al padre… que no podremos abrazar al abuelo…

Y descubro que en estos momentos, como en tantos otros, en que los recuerdos se convierten tanto en un bálsamo como en una tortura… porque uno los agradece porque son hermosos… pero duelen porque son sólo eso… recuerdos… que no podremos revivir… no al menos en esta tierra… no al menos en este mundo; …no queda más que reír y llorar… y aceptar la locura… porque nadie cuerdo puede pasar por esto … sin perder un poco la cordura…

Y soy psicóloga… y sé de duelos… entiendo eso de de no querer hacer nada… y no quiero justificarme… pero entiendo eso de no tener ganas de nada… mejor ahora que antes… porque ahora lo vivo en el cuerpo…Y también sé, de que la gente trate de levantarte el ánimo… y luego, y por lo mismo, …de enojarte… de llenarte de rabia… de pelear con los que amas y aún están vivos…quizás por eso… porque están vivos!!

Y luego… hay que buscar la tranquilidad… secar los ojos y dejar de llorar. No me avergüenza que mis hijos me vean llorando… ellos saben que las lágrimas son parte del alma que se escapa por los ojos cuando uno tiene pena… y los dejé llorar… les alenté a que se dieran ese permiso y que no se avergonzaran de su pena… porque no debe darnos vergüenza el llorar cuando debemos soltar la mano de alguien que queríamos nos acompañara en el camino por mucho tiempo más…

Y en el fondo… al verlos llorar… sentí que lo estábamos haciendo bien… que son humanos… que son sensibles …que tanta muerte en los juegos de computador y en la televisión no los deja indiferente ante la real y verdadera partida de un ser querido… de un ser cercano… de un ser que era de carne y hueso… y por lo mismo mortal…

Decir adiós no es fácil… menos decir adiós papá…

Pero es fácil decir gracias, muchas gracias por todo, porque en ese todo caben infinitas palabras, infinitos momentos… infinitas emociones, sentimientos, pensamientos y acciones, gracias… por mí y por mis hijos… tu legado a esta tierra…gracias papá…

Sé que nos acompañas… en el pedazo de cielo que todos llevamos dentro en el corazón… ahí donde me hablas… y donde me pides que deje de llorar… porque se que amas mi sonrisa…

Te prometo papá que seguiremos adelante, y que no te dejaremos atrás… que nos preocuparemos de mantener viva tu presencia… la que estoy segura vendrá más en forma de paz y aceptación, y menos … como la siento ahora… en un sin sentido de tu ausencia…

El tiempo es el que ayuda a la marea a convertir en suave arena las piedras que hoy me duelen al pisar… sueño con ese día en que pasearemos juntos en una nueva playa y que contemples orgulloso en los hombres y mujeres en que se convertirán tus nietos… porque siempre mantendremos en el horizonte tu ejemplo vivo… de un sencillo, hermoso y buen hombre.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Qué rápido pasa el tiempo!!

Desde que comenzó el año escolar de mis hijos hasta ahora, han pasado los días, las semanas y los meses con una velocidad que no he sido capaz de dimensionar hasta hoy... que me acordé que tenía un blog y que hacía mucho tiempo que no escribía nada.

Horror y espanto sentí al darme cuenta que no había compartido nada desde Marzo. Esto me dice que Abril pasó sin pena ni gloria y que casi pasa lo mismo con Mayo. No es que no esté haciendo nada, al contrario he estado ocupada en tantas cosas, que no he tenido ni siquiera tiempo para visitar mis blogs preferidos y menos escribir acerca de lo que me ha interesado, lo que he leído (que ha sido mucho y muy variado), lo que he vivido y lo mucho que he seguido aprendiendo en el día a día con mis "queridos monstruos"...

En el colegio de mis hijos, en sus diferentes cursos, me ha tocado ser espectadora de primera fila de los problemas de moda, que aquejan a nuestra "moderna sociedad".

Como apoderada que le gusta participar de su comunidad escolar, he debido discutir, mediar, comentar y enfrentar los tan habituales, y no por ello aceptables, temas de: bullying (gracias a Dios no sobre mis hijos), estrés escolar, falta de compromiso de los papás en la educación de los hijos (no sólo en lo académico, lo preocupante tiene relación con lo formativo), desmotivación por el estudio (esto sí me toca directamente en lo personal, lo que me cuesta que mis niños se hagan responsables por estudiar solos y que no sientan que es "una lata", y que no tenga que perseguirlos ), etc., etc. y etc.

Esto es lo que me ha llevado a buscar mucha lectura acerca de estos tan diversos temas. Lástima que siempre el tiempo para sentarse a leer tranquilo es tan escaso!!

Lo peor es que siento que no he podido profundizar en nada. Es como estar en una cena buffet en la que comes de todo un poco, para no perderte ningún plato, pero en realidad no quedas con gusto a nada, sólo con un fuerte dolor de estómago. En el caso de mi "multilectura", con un fuerte dolor de cabeza.

Espero que ahora que las cosas van agarrando una cierta inercia, pues las "ruedas de la carreta del estudio" de mis niños ya están en marcha (lenta pero en marcha), pueda compartir en este blog alguna de estas "mini investigaciones"  y mis humildes y personales observaciones y conclusiones acerca de tan variados temas.

De lo contrario, ruego paciencia, pues estaré otro tiempo desaparecida.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Volver a clases…

Hace algunas semanas, mis hijos volvieron al colegio y yo sigo en casa. Lo cual es una situación extraña, pero agradable, en la medida que ahora tengo el tiempo, para ordenar las cosas que por años esperaron a que lo tuviera. Y estoy de buen ánimo, porque soy optimista de que teniendo consulta, es cosa de tiempo para que lleguen los pacientes.

Pero ando igual que mis niños; distraída, desorganizada, a veces con mucha energía y otras… sin ganas de hacer nada.

Tuve que ponerme muy firme con los horarios, en especial con la hora de apagar televisión y luces, pues sabía que con el ritmo que teníamos en vacaciones no íbamos a llegar a ninguna parte, y en especial, yo no habría podido levantarme a hacer de la locomotora que nos permite llegar a la hora al colegio todos los días.

Lo entretenido fue encontrarse con los amigos de siempre, comentar acerca de las vacaciones y obviamente, del tema obligado después del 27 de Febrero, de dónde estábamos al momento del terremoto. Gracias a Dios, nuestros amigos al igual que nosotros, sólo tuvieron pérdidas materiales pequeñas y pudimos disfrutar del reencuentro al saber que estábamos todos bien.

Lo penoso es que ya empezamos con las tareas, y las interrogaciones, y las pruebas. Y  siento que mis niños aún andan en la estratósfera…(quizás yo también), y debo lacearlos para que cumplan con sus obligaciones y se pongan las pilas.

Menos mal que ellos han obtenido buenos resultados, y las nuevas profesoras no me han enviado comunicaciones. Espero que mis hijos hayan entendido lo que les hemos explicado hasta el cansancio, de lo importante que son las primeras impresiones, porque no existen “segundas primeras impresiones”.

Y trato de imaginarme cómo seguiremos trabajando en el futuro, de cómo nos tendremos que organizar si es que no tengo el mismo tiempo con el que cuento ahora, de si ellos van a ser capaces o no de ponerse las pilas y continuar de manera más autónoma, de si la torre que hemos construido, en base a trabajo constante y estudio, no se nos va a venir abajo el día que no esté para apuntalarla.

Pero como en todo crecimiento, no me queda más que confiar. Porque los veo, y están grandes; ya no nos dejan (ellos) que los llevemos a sus salas. “Hasta aquí no más mamá” me dicen. Al menos aún me permiten despedirlos con un beso.

Así han pasado estas primeras semanas, acomodándonos a los nuevos horarios, a las nuevas actividades, a los nuevos profesores, a las nuevas expectativas y a los nuevos temores.

Cada comienzo de año me pasa lo mismo, y es que no me queda claro si quiero que pase lento, o si lo único que quiero es que termine rápido.



martes, 16 de marzo de 2010

Después del Terremoto ¿Qué podemos hacer?

Han pasado más de dos semanas, y aún no podemos dejar de hablar del terremoto. Está demasiado presente en nuestras vidas, más aún con las tan desagradables réplicas.

Encendemos la televisión, y ahí continúan las noticias de las zonas más afectadas, aunque gracias a Dios con una visión más positiva, ya que el enfoque ahora es mostrar como han ido llegando las ayudas y los aportes para quienes lo perdieron prácticamente todo, incluso su tranquilidad mental.

Lo mejor, es que ya se ha logrado un cierto nivel de normalidad, bastante frágil como lo percibimos el día del masivo “black out”… un apagón que dejó a más de la mitad del país a oscuras!!. Pero bien, al menos se han limpiado las calles, se han quitado los escombros, la gente esta yendo a trabajar, los niños más afortunados están yendo a clases y lo mejor de todo, se ha instaurado el concepto de “Reconstrucción” como propio a la idiosincrasia de todo chileno, porque vamos a ponernos de pie, una vez más.

Lo terrible es que junto a este concepto de reconstrucción, aparecen cifras inconmensurables para nuestros cerebros acostumbrados al manejo de una simple economía familiar. Se habla de miles de millones!! Pero me molesta que el enfoque se concentre principalmente en lo físico: edificios, carreteras, puentes, estadios, hospitales y escuelas.

Ahora debemos reconstruir también vidas, historias familiares, memorias. Lo que será sin duda muy difícil para aquellos que además perdieron sus recuerdos, sus fotos, sus herencias, sus hogares.

Nuestros niños deben ser capaces, a nuestro lado, gracias a nuestro mejor ejemplo, de sentir esta experiencia de vida como un aprendizaje positivo, y valorar la fuerza humana para superar los embates de la naturaleza.

Debemos aprender de lo ocurrido. Qué hacer y que No hacer. A veces esperar a que otros nos den luces, puede dejar nuestra vida definitivamente … apagada. Más iniciativa y más previsión, pudieron salvar sin duda muchas más vidas. Y ahora, no sólo buscar a los culpables, que es necesario para la reparación, para el perdón, sino fundamentalmente aprender cómo se pudo hacer mejor, incluso en nuestras casas.

El compromiso con ayudar a otros, es sin duda terapéutico. Sentir que hacemos algo para paliar el dolor de los más afectados. Incluso estos mismos afectados se sienten mejor cuando se dan cuenta que están trabajando, no sólo para sí sino para otros.

No importa qué, ni cuánto, pero aportemos con lo mejor de nosotros.Dar sentido a la palabra solidaridad  y hacer participar a los niños y a los jóvenes en esto, porque hace crecer el espíritu, nuestro espíritu de país. Ya vimos la peor cara de la desgracia, ahora queremos ver la mejor. Esto es lo que reconstruirá nuestras vidas, no sólo los puentes, no sólo las carreteras; sino el sentir que podemos ponernos de pie… juntos.


Para compartir: “ONG ofrece ayuda psicológica gratis por línea 800”

La línea es accesible tanto desde teléfonos fijos como de celulares, desde cualquier punto de Chile y ofrece atención las 24 horas del día.

La ONG World Vision estableció a través de la línea gratuita 800 331 222, apoyo sicológico las 24 horas del día, de lunes a domingo, especialmente para padres de niños afectados por el terremoto, pero también de atención al público en general.

4 sicólogos, que trabajan en forma voluntaria, aconsejan a padres y cuidadores cómo tratar y conversar con niños a raíz de las réplicas del terremoto.

"Atenderemos hasta que sea necesario, la gente está preocupada, como anoche mismo cuando se produjo un apagón", expresó este lunes una portavoz de la ONG.

World Vision (www.worldvision.cl), organismo que nació en Estados Unidos hace 50 años, que está en Chile hace 5, desarrolla al menos 15 proyectos de avance y promoción social en el país, en las áreas de la educación y la agricultura, entre otros.


Fuente: http://noticias.123.cl/entel123/html/Tele13/Noticias/Chile/398666.html

jueves, 11 de marzo de 2010

Silencio

Permanecí alejada de mi blog, en un principio por un agradable tema de vacaciones, y luego, por esta horrible tragedia que afectó a mi país; este terremoto que no sólo remeció nuestras casas, sino también nuestras conciencias… y eso me ha dejado “muda” por varios días.

Primero, las imágenes eran demasiado impactantes como para poder soltar una palabra…envidio a algunos periodistas que por televisión hacían una verdadera apología de la tragedia. Mientras por mis ojos pasaban imágenes imposibles de comprender y cuantificar en su magnitud, mis oídos escuchaban relatos de sobrevivencia y de dolor… pasaba de la emoción a la consternación… en un abrir y cerrar de ojos.

Digo que este terremoto no sólo nos movió el piso, sino que también nuestras conciencias, porque con impacto y vergüenza vimos como la gente, aprovechándose del caos, saqueaba tiendas y supermercados, como si secadoras y plasmas fueran objetos de primera necesidad.

Y nos sentimos impresionados, indignados, y desprotegidos.

Pero en el fondo me pregunto: de qué nos sorprendemos. En una sociedad en la que se fomenta y estimula el consumo por encima de todas las cosas, y donde el tener es mucho más importante que el ser, puedo explicármelo, pero jamás justificarlo.

Y bien, después de que ha pasado lo peor… y gracias a Dios muchos han recapacitado devolviendo lo robado (no se si por conciencia o por temor a la justicia, que al fin se mostró firme), y cuando por fin pude ver el lado más positivo de los chilenos, me he decidido a hablar y a romper mi silencio.

Es como si el horror me hubiera dejado pasmada, sin reacción… pero ver a mi pueblo unido, metiéndose la mano en el bolsillo aunque sus casas estuvieran en el suelo para ayudar a otro, eso sí, me emocionó hasta las lágrimas y canté con fuerza nuestro himno nacional.

Por eso es que ahora puedo escribir estas líneas. Porque me doy cuenta que hay mucho que hacer, muchos temas que tocar,  muchos padres que apoyar, muchas madres que tranquilizar.

Vuelvo para dar una luz de esperanza, la misma que debemos depositar en el alma de nuestros niños,  para que tengan la seguridad de que ante situaciones difíciles, sólo queda confiar, primero en Dios, y luego en nuestras propias fuerzas y capacidades, y salir adelante, porque ante tragedias tan importantes, aparece lo peor y lo mejor de los seres humanos. Y al final sólo queda levantarse y seguir caminando, “Pa´delante que pa´tras no se avanza” como dice la gente.



sábado, 30 de enero de 2010

Educar para la No Violencia


Desde hace tiempo he tenido la oportunidad de leer muchos artículos y libros acerca de una educación para la Paz, o también conocida como educación para la No Violencia. Probablemente suene a lo mismo, pero tiene su sutil diferencia. La Paz en sí es un valor, es un estado (cuando se alcanza), en cambio la No Violencia es una opción, es una acción, algo que podemos elegir, enseñar y hacer concretamente para favorecer la Paz.

Hay muchas cosas que podemos trabajar con nuestros hijos para desarrollar esta capacidad de optar por la No agresión.

Creo que lo primero que debemos educar en nuestros niños, es el Respeto hacia el otro y el lugar en el que habita. Explicitar un reconocimiento hacia los demás en su calidad de “seres humanos”, quienes poseen nuestros mismos sentimientos y que al igual que nosotros guardan profundos deseos de amor y de paz; aunque las ideas, las situaciones de vida y la forma en que compartimos nuestra existencia sea distinta. Esto como idea primordial, sin esto, todo lo demás pierde sentido.

Luego y desde una visión más práctica, lo que debemos desarrollar en nuestro niños desde que son bebés, es la capacidad de espera, de Autocontrol, no sólo físico sino también emocional, y de mantener un buen ánimo.

No parece fácil porque en general no lo es. La clave para desarrollar todas estas capacidades, según mi humilde opinión, es el desarrollo temprano de la confianza. Cuando existe este sentimiento somos capaces de esperar, ¿Por qué no deberíamos hacerlo?

De aquí desprendo dos consejos: nunca prometer algo que no vamos a cumplir, y no hacer esperar a un niño más de lo que sea necesario. Es preferible decir de inmediato cuando algo va a ser imposible de dar y no crear falsas expectativas, eso sólo puede terminar en minar la confianza de un niño.

Hay niños que han sido constantemente defraudados por las personas que los rodean, a los que quieren y que dicen quererlos, los que por este motivo se sienten violentados y frustrados, así se hacen incapaces de esperar y de mantener una postura de autocontrol.

Quiero reforzar que la idea no es darle todo lo que quieren. Sólo es que si la respuesta a una petición es negativa, es mejor acelerar esa respuesta lo antes posible. Así pueden esperar además con el ánimo en alto. ¿Por qué habrían de estar esperando enfurruñados, descargando su rabia con todo lo que les rodea?

Y así se desarrolla la cadena. Un niño sin confianza es un niño por un lado rabioso y por el otro, inseguro. La inseguridad nos genera miedos y los miedos nos llevan al “lado oscuro”, más rabia, más agresión y más violencia, hacia sí mismos y hacia los demás.

Dentro de esta idea, también es importante transmitirles a nuestros pequeños que el dueño del cuerpo es uno mismo. A modo de ejemplo, es bueno dejarles claro que el puño no se manda solo, la patada no se maneja sola, la pistola no se dispara por sí misma.

Otra capacidad importante de desarrollar en nuestros pequeños para evitar la agresividad, es la de conectarse con sus emociones y sus sentimientos, y poder transmitir éstos, comunicarlos de manera tranquila y no exigente; es decir, Expresión emocional.

Voy a detenerme dos segundos en una idea anexa: Lo que deseamos evitar es la agresión, no la rabia. La rabia es una emoción propia y necesaria al desarrollo humano, sólo que debe ser bien canalizada, pues puede ser la energía, la fuerza que nos saque de un problema, de un estado insatisfactorio, y nos acerque a lograr y realizar nuestras necesidades.

Hay muchos textos que nos ayudan en el tema de la expresión emocional y cómo enseñar y desarrollarla en nuestros hijos. Son vitales y por lo mismo los animo a buscar esta importante información. Por mi parte espero tocar este tema en profundidad alguna vez en el blog.

Lo que les puedo adelantar ahora, es que un niño que sabe lo que quiere, y sabe cómo pedirlo no necesita ser agresivo para conseguirlo. Un niño con un gran vocabulario emocional, le permite llegar a los corazones de los que están para entenderlo y ayudarlo; con mucha más facilidad, que un niño que es como un “mudo emocional”, esos que nos hacen sentir que “no saben lo que quieren”, lo saben, pero no cómo pedirlo.

Otra tarea importante de realizar con los niños para educarlos en la No Violencia, es la de desarrollar en ellos la Empatía. Un niño que es capaz de ponerse en el lugar de otros, va a ser capaz de anticipar la respuesta del otro ante una agresión, verbal o física, pues va a ser capaz de entender qué es lo que puede llegar a sentir ese otro.

Otro aspecto no tan mencionado pero importante en la educación para la No Violencia, es el desarrollar en los niños un sentimiento de Gratitud hacia la vida. Pareciera ser que el ser ambicioso es el “valor” de moda, y todo aquel que se muestre contento con lo que tiene y ha logrado, es un mediocre.

Muchas veces, sin querer, orientamos a nuestros pequeños a mirar a los demás para motivarlos, a desear lo que tienen sus amigos, las notas, etc. Esto estaría bien, siempre y cuando no olvidemos que lo que deseamos es generar un deseo sano de competencia, de querer ser más porque ellos pueden lograrlo con su esfuerzo, de lo contrario, sólo sería fomentar en ellos la envidia y el odio.

Por último, otro factor importante a desarrollar en los niños para enseñarles a controlar su agresividad, y hacerlos aptos para actitudes y acciones No violentas, es desarrollar en ellos un gran sentido del Humor.

Un niño capaz de reírse ante las situaciones difíciles, será capaz también de no enojarse tanto, sabrá medir su rabia ante las situaciones de la vida cuando aquellos que lo rodeen lo molesten, lo ofendan y le provoquen.

Probablemente quedan otros elementos importantes de presentar, pero preferí sintetizarlos en estos 5 puntos: autocontrol, expresión emocional, empatía, gratitud y sentido del humor; y como primordial el respeto hacia los otros, sólo por su calidad de “ser humano”, y respetar también el ambiente en el que éste se desarrolla.

Para terminar, me gustaría decirles que si queremos un mundo mejor, para nosotros y para nuestros niños, trabajemos estos aspectos, en ellos y en nosotros mismos; tal vez así logremos mejorar aunque sea en un granito de arena este mundo tan agresivo en el que actualmente vivimos.

Para compartir: Si yo supiera hacer magia


Este es un poema para niños, que va en el mismo sentido de promover una educación para la No Violencia. Es de Viviana Lasover, quien participa constantemente con sus poemas en revistas de educación preescolar.

Si yo supiera hacer magia,

Uno, dos y tres,

Las peleas y las guerras

Haría desaparecer.

Niños y niñas podrían

Estudiar y aprender,

Con amigos jugarían,

Felices podrían crecer.

Todos conversarían

Con respeto y con paciencia;

Unidos trabajarían

Por una mejor convivencia.

Alumnos y maestras

Construirían la paz,

No existiría el colegio

Con violencia o desigualdad.

Si yo supiera hacer magia,

Uno, dos y tres,

Muchas cosas buenas

Podrían suceder.



Viviana Lasover







Para compartir: Que se callen los cañones




En este 30 de Enero, día Mundial de la Paz, en recuerdo del día del asesinato de Mahatma Gandhi, quisiera compartir con ustedes este poema de Lupércio Mundim, que encontré por ahí en la red y hace un llamado a la No Violencia.


Que se callen los cañones,

que dispensen los soldados,

porque las batallas son ilusiones

que sólo producen derrotados.


Que la paz siempre predomine

sobre la guerra y la violencia,

que el hombre nunca olvide

donde lleva su impertinencia.


Que los niños puedan jugar

con sus alegrías en sintonía,

que los adultos puedan brindar

a un futuro pleno de armonía.


Que las armas sean destruidas

porque sólo causan muerte y sufrimiento,

que nuevas alianzas sean tejidas

porque de la extinción no hay arrepentimiento.


Lupércio Mundim




viernes, 29 de enero de 2010

La tan famosa RESILIENCIA


Muchas veces la fama es efímera y no tan bien merecida. Sin embargo en relación al tema de moda, que es la Resiliencia, espero que no por su fama vaya a ser mal considerada y que podamos seguir profundizando en esta idea, en este interesante concepto, que puede ser clave en el desarrollo de nuestras futuras generaciones.

¿Qué es la Resiliencia?

“[…] se la entiende como la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas” (Edith Grotberg, 1998)

El que se sumerge comprensivamente en este concepto, es capaz de observar todas sus positivas implicancias. De él se desprende una idea en la que he creído profundamente por largos años, que es: “que lo que no te mata te hace más fuerte”.

En una sociedad en la que el hedonismo gobierna nuestras vidas, en que la búsqueda del placer, disfrazado de comodidades, falta de compromiso y tentados por las oportunidades del camino fácil, es la motivación principal como meta en la vida, el entender que el dolor, el fracaso y las dificultades son esenciales para un crecimiento, un verdadero crecimiento, puede parecer poco inteligente, propio de los masoquistas y muy poco saludable.

Pero es bueno entender que la vida esta llena de pruebas y dificultades que debemos ir superando y que así vamos tejiendo ese hilo que llamamos desarrollo.

El acompañar a nuestros hijos en este camino, que implica estar ahí para ayudarle a pararse y para limpiar las heridas, pero no para apartar las piedras, es saber reconocer la importancia de las caídas y de los golpes.

La resiliencia nos permite no temer al trauma. Sentir la seguridad de que estamos capacitados para salir adelante, por más terrible que sea la caída, por más fuerte que sea el golpe, por más profunda que sea la herida; podemos superar ese trauma, y no sólo eso, podemos salir aún mejor, podemos cambiar positivamente nuestro ser.

Muchas veces me ha tocado toparme con personas inmaduras, imposibilitadas de ponerse en el lugar de otros, y capaces de hacer cualquier cosa para obtener lo que desean. La mentira, el descaro y la desconsideración son válidas, cual Maquiavelo, para alcanzar un fin, y uno se pregunta ¿Qué pasó en el desarrollo de estos seres humanos que los hizo ser así?

Y como respuesta a esta interrogante, encontramos unos padres amorosos, gentiles y serviciales, incapaces de producir "un trauma" en esas tiernas criaturas que llaman sus hijos, “No le grite, no lo vaya a traumar”, “No le diga que no”. ¡Que horror!

El decir No, muchas veces es un gran acto de amor…
“No mientas”… “No robes”… “No consumas drogas” y tantos otros No…

La mejor manera de entender el dolor de los otros, es experimentándolo primero en nosotros mismos. La mejor manera de aprender a respetar a otros, es cuando experimentamos en nosotros mismos el que se nos pase a llevar. Estas tristes experiencias son sin duda las que nos ayudan a madurar, a crecer; entre tantas otras.

Ahora el concepto de Resiliencia va mucho más allá.

Nos habla de nuestra capacidad de experimentar traumas y adversidades mucho más fuertes. Nos da la esperanza en hechos que nos parecerían imposibles de sobrellevar. Nos explica como somos capaces de soportar y salir adelante después de los horrores de una guerra, de un abandono extremo, entre muchas otras experiencias límite.

En fin, es de aquellos elementos con los que contamos los seres humanos, que no podemos más que dar gracias a Dios por contar con ellos.

La Resiliencia como tal, como capacidad humana, ha existido siempre. Sólo que ahora está en observación bajo la lupa, buscando sus implicancias teóricas y prácticas. Espero que su estudio y su observación, nos permitan mejorar nuestra labor como padres y/o educadores, y no se quede como otro tema más de moda, como lo fueron en su momento la autoestima y la estimulación temprana.







viernes, 15 de enero de 2010

El amor más grande




Impactada por la tragedia recién ocurrida en Haití, pensé que después de todo el espanto que veía por televisión y que me llenaba los ojos de lágrimas, nada me podía impactar más que esa imagen de muerte y desesperación. Pero acabo de ser remecida hasta lo más profundo de mi alma, tanto que he tenido que escribir… para sacar de mi interior este sentimiento que me ahoga…

Dentro de toda la tragedia, los rescatistas buscan sobrevivientes para encontrar vida en ese entorno oscuro donde parece ganar y reinar la muerte.

Y de pronto, en lo más espantoso del horror, un milagro… rescatan a un niño, un niño pequeño… que sobrevivió por el amor más grande. Lo rescataron atrapado entre los cuerpos de sus padres, quienes lo protegieron así de ese mundo que se les venía encima… cuidando su más grande tesoro, entregaron sus vidas…

Me cuesta pensar, me cuesta atrapar las lágrimas en mis ojos, pero necesito seguir escribiendo … porque este sacrificio merece un homenaje, merece que alguien hable de este amor… que uno recibe de regalo justo en el momento en que ponen esa criatura, que sin duda es la más bella del mundo, en nuestros brazos… y al que nos dicen es nuestro hijo…

El día en que me convertí en madre lo supe… no hay amor más grande. Uno ama a sus padres, a su pareja, a sus amigos… pero no se compara con ese amor que siente por sus hijos… y no importa si es uno o si son diez, ese amor sabe multiplicarse, jamás se divide.

Recuerdo mi preocupación cuando iba a nacer mi segundo hijo, de si iba a ser capaz de quererlo tanto como al primero… lo que me parecía imposible… y recuerdo como si fuera ayer… como se llenó mi corazón cuando escuché ese primer llanto, que me permitió entender que ese “imposible” era una realidad, más que eso, una verdad.

La abuela de mi marido bromeaba siempre en relación a este mismo tema. En esa época aún no llegaban los niños, pero ella me animaba a ser madre, diciéndome que el amor hacia un hijo era el sentimiento de amor más fuerte que podíamos sentir… porque, como ella decía…”si tu marido necesita un ojo, lo piensas… y te conformas diciendo que con un ojo igual ve bastante bien, … pero que si es un hijo el que necesita ese ojo… uno es capaz de entregar los dos”… y tal como ella me lo había dicho, así lo sentí… y lo siento.

Creo que por eso estoy tan impactada… porque no sólo uno es capaz de darle los ojos, los riñones, el corazón… una es capaz de dar la propia vida…

El amor a los hijos es instintivo, es sin condiciones y es permanente. Esto lo he comprobado ya que desde que nacieron mis hijos, lo primero que pienso al despertarme es en ellos (más, cuando es alguno de ellos el que me despierta que es bastante a menudo).

Recuerdo que uno de los peores momentos como madre, fue cuando se me perdió uno de mis niños por uno o dos minutos, que para mí fueron eternos. Esa sensación de pérdida me hizo sentir que me iba a volver loca. Nadie podría imaginar, si es que no lo ha vivido, la cantidad de ideas que se cruzaron por mi cabeza, ni la cantidad de emociones que golpearon mi cuerpo… quería correr pero no sabía a dónde… por lo que quedé paralizada… hasta que lo encontramos y me volví a sentir completa.

Otro momento duro de mi vida como mamá, fue cuando debí dejar a mi hija entrar a un pabellón. Soltarla para que se la llevaran los camilleros, con sólo un añito y medio de edad, para una operación que aunque estaba absolutamente planificada, estudiados todos los pro y los contra, con un muy bajo riesgo, de esas operaciones que llaman de rutina, para mi no tenía nada de rutinario… La hora que esperamos el resultado… fue otra eternidad… por eso que uno debe sentir que estas experiencias te ponen vieja.

Obviamente, cada vez que he sentido a alguno de mis hijos en riesgo, he experimentado esa angustia vital, esa dificultad para tragar, para respirar… esa sensación de que se detiene el reloj, se paraliza el tiempo… y que preferiría mil veces ser yo y no él…

Sigo muy afectada por las noticias, y pienso en aquellos casos que probablemente se están viviendo en este momento en aquel golpeado país, y en el mundo. Pienso en los padres que ahora están llorando la muerte de sus hijos y en aquellos hijos que deben estar llorando la muerte de sus padres.

Para terminar quería compartir un diálogo que tenemos casi a diario con uno de mis hijos. Él me dice:”mamá te amo” y yo le digo: “yo también te amo”, a lo que el contesta: “pero yo te amo más”, y yo le respondo: “imposible, yo soy la madre, así que yo te amo más”… y a veces cuando mi marido nos escucha, agrega… “es cierto, tu mamá te ama más, las mamás siempre nos quieren más”.