miércoles, 30 de diciembre de 2009

Niños de Vacaciones

Todos los años me pasa lo mismo. Siempre me propongo hacer cosas entretenidas con los niños para cuando estén de vacaciones y por muchos motivos no me alcanza el tiempo, o estoy demasiado cansada.

Pero este es un año diferente y me podría resultar algo distinto de lo que ha sido hasta ahora el espacio de tiempo que nos queda entre que terminan el año escolar y que aún no huimos de Santiago.

Los niños cuando recién salen del colegio están muy cansados, duermen mucho y no quieren hacer nada, pero a medida que van pasando los días empiezan a cargar pilas y comienzan a tener mucha energía, con el claro resultado que empiezan a aburrirse en la casa.

Hasta el año pasado tenía la posibilidad de que asistieran a los Talleres de Verano de mi Jardín que acaba de cerrar este año, por lo que por primera vez me veo enfrentada a dos dificultades: Poco dinero y ¿Cómo los entretengo?.

He pensado en algunas alternativas.

Las manualidades son siempre una buena salida con niños creativos como los míos, sólo que requieren supervisión. Ideas en Internet sobran, así que en la medida que tenga el tiempo vamos a realizar varias. Gracias a Dios me quedó harto material para hacer cosas, y además podré seguir aprovechando muchas herramientas interesantes que eran del Jardín, como tijeras para cortes especiales, perforadoras, etc.

A todas las madres con niños en casa y que gusten de las manualidades les recomiendo revisar entretenidos blogs con muchas ideas para trabajar con palitos de helado, con goma eva, papel; y por último si no quieren complicaciones de pegamentos, tijeras y temperas (conozco varias mamás que tienen escondidas estás cosas en sus casas por temor a los “desastres”), hay muchos sitios con imágenes para imprimir y que simplemente los niños se entretengan pintando.

Otra alternativa de entretención es llevarlos a alguna piscina. Ellos lo disfrutan muchísimo y tiene la ventaja que quedan súper cansados… lástima que uno también. Si existe la posibilidad de parientes con piscina es muy económico, pero sé de amigas que buscan centros deportivos que ofrecen esta posibilidad contratando semanas en el verano. Ya sea una posibilidad o la otra, junto a l piscina hay algo que uno no debe olvidar, aparte del bloqueador, y es mucha comida porque no sé que efecto tiene el agua en los niños, pero les abre mucho el apetito.

Para las más organizadas, valientes y comprometidas con las actividades educativas, es posible aprovechar esta época para llevarlos a actividades culturales como visitar museos y llevarlos al teatro. Hay obras maravillosas en verano y a los niños les encantan. Y por los museos, jamás piensen que los niños se pueden aburrir, ya que por experiencia propia les puedo decir que es una experiencia maravillosa y muy educativa. En especial recomiendo museos como el MIM, pues al ser interactivo no es necesario andar corriendo detrás de ellos para que no toquen nada, al contrario, está hecho para que toquen todo.

Recuerdo mi experiencia con grupos de 20 niños en museos como el de Bellas Artes, los de Quinta Normal y el Palacio Cousiño. Todos temían que se portaran mal, sin embargo fue todo lo contrario, estaban tan asombrados con lo que veían que no volaba ni una mosca, sabían que no debían tocar nada, e incluso retaban a algunos mayores desobedientes que parecían no entender las instrucciones de “no tocar y no salirse del recorrido”… fue genial.

Bueno, estás son algunas de mis ideas para el tiempo de vacaciones en que aún no salgamos fuera de la ciudad. Espero que funcionen, y si alguien quiere comentar alguna experiencia o posibilidad de actividad que quiera compartir, sin duda se lo agradeceré mucho.


Para compartir: He aprendido

Me he topado con estas palabras en muchos blogs y ahora también las encontrarán en el mío. No sé quién las escribió, pues he buscado el autor y nunca aparece, sólo doy gracias a que exista aunque para mí sea un anónimo, pues sus frases son maravillosas y no me canso de leerlas. Por ese motivo las comparto con ustedes.


He aprendido....que nadie es perfecto

hasta que no te enamoras.

He aprendido que....la vida es dura

pero yo lo soy más!!

He aprendido que... las oportunidades no se pierden nunca

las que tu dejas marchar... las aprovecha otro.

He aprendido que...cuando siembras rencor y amargura

la felicidad se va a otra parte.

He aprendido...que necesitaría usar siempre palabras buenas...

porque mañana quizás se tienen que tragar.

He aprendido... que una sonrisa es un modo económico

para mejorar tu aspecto.

He aprendido... que no puedo elegir como me siento...

pero siempre puedo hacer algo.

He aprendido que...cuando tu hijo recién nacido tiene tu dedo en su puñito...

te tiene enganchado a la vida.

He aprendido que...todos quieren vivir en la cima de la montaña...

pero toda la felicidad pasa mientras la escalas.

He aprendido que...se necesita gozar del viaje

y no pensar sólo en la meta

He aprendido que...es mejor dar consejos sólo en dos circunstancias...

cuando son pedidos y cuando de ello depende la vida.

He aprendido que...cuanto menos tiempo derrocho...

más cosas hago.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Celebrar la Navidad


Diciembre es un mes agotador. En él se juntan las presentaciones de fin de año, paseos de curso, fiestas de empresas, la locura de las compras de regalos, etc., etc., etc… y por lo mismo, suele perderse el verdadero sentido de esta fiesta tan hermosa como es la Navidad.

La televisión se llena de Viejos Pascueros y jo jo jos. Nuestros niños son bombardeados por la publicidad con miles de comerciales que los hacen desear cuanta basura pueda ser adquirida en malls y supermercados. Armamos un árbol en nuestro living lleno de luces y adornos; y colocamos una corona en nuestra puerta, en señal que estamos profundamente comprometidos con estas fechas. ¿Y es eso acaso la navidad?

Recuerdo cuando era niña, que como no había cable, no quedaba más que ver la programación de la televisión abierta, por lo general 4 canales… pero era maravilloso porque podíamos ver los especiales de navidad con “El niño del Tambor”, la “Historia de San Nicolás”, etc.

Junto con el árbol, armábamos el pesebre; y dejábamos el Niño guardado para ponerlo a las 12:00 en punto. Era un momento muy importante para todos y aunque he tratado de retomar la tradición, la verdad es que me ha sido difícil, ... la competencia de los regalos le gana al pobre niño Jesús.

También recuerdo que cantábamos villancicos. Este año tengo el firme propósito de preparar algunos con mis niños. Lo bueno es que están más grandes y cantan, ...sólo espero que el resto de la familia no nos mire como bichos raros y que no los hagan sentirse ridículos por querer con nuestras voces celebrar y recordar un momento tan hermoso como es el nacimiento de Jesús.

Siento que hay mucha gente que no es cristiana que celebra Navidad, como la fiesta del señor gordo de rojo que trae muchos regalos. En ese caso, es entendible que no les importe preparar el corazón y la casa para el gran y hermoso Regalo del Cielo.

Pero para nosotros los creyentes, deberíamos marcar una diferencia, y no olvidar que el propósito de la Navidad es el celebrar la llegada al mundo del Hijo de Dios, la maravillosa noticia de que hemos recibido la Luz del Mundo para iluminarlo, para llevar a todos la buena nueva que ha nacido nuestro salvador.

En una vida tan ajetreada que pone a prueba nuestra Fé a cada instante, es éste un muy buen momento para detenernos en la carrera y mirar la humildad de ese Niño en el Pesebre; darnos cuenta de lo mucho que le faltaba en ropas, comida, lujos y comodidades… pero de todo lo que estaba completo: de la Paz, la Bondad y el Amor de su familia. Un niño que parecía no tener nada, pero que lo tenía todo.

En esta Navidad, los invito a poner los ojos sobre el Niño de Belén; ya que en Él encontraremos el verdadero sentido de estas fechas. En Él veremos al hermano que nos espera, y recordaremos a aquellos que no necesitan grandes regalos, sino tan sólo que alguien los llame, que alguien los visite, que alguien les comparta un plato de comida o una taza de té, que necesita del amor de un hermano que le recuerde que Jesús nació también por y para él.

Tratemos que nuestros pequeños sean capaces de aprender este sentido a través de nuestro ejemplo. Que no nos vean más preocupados del árbol que del pesebre, de la comida que de los invitados, de la ropa que del ánimo que tenemos, de los regalos que de estar con los seres queridos para sonreírnos, abrazarnos y expresarnos el amor que nos tenemos.

Por esto y por mucho más, les deseo a todos una muy Feliz Navidad, que el amor del Niño Jesús los llene de Paz y de Bendiciones, a ustedes y a toda su familia, y que en el corazón de Cristo nos unamos todos para dar gracias por las grandes maravillas que hemos recibido.





martes, 15 de diciembre de 2009

¿Quién se hace cargo?

Hace algunos días, encontré navegando por Internet, una encuesta acerca de la responsabilidad de los padres en casos de Delincuencia Juvenil. Aunque no suelo responder a estas encuestas, no pude evitar expresar mi opinión, pues me pareció que el tema era demasiado importante.

La pregunta era si creíamos que la responsabilidad era de los padres en el comportamiento delincuente de sus hijos. Más de un 98% opinaba que sí y me llamó la atención que un 2% opinara que no, excusando a los padres, diciendo que a veces los niños se acercan a “malas compañías”… y me pregunto… acaso no son también los padres quienes deben preocuparse de quienes son los amigos de sus hijos?

Bueno, yo contesté con un gran Sí. Pero no me bastó con eso, dejé un comentario. A ese nivel me motivó la pregunta. Y es que me molesta mucho ver que son niños los que están en las calles, cometiendo actos terribles, por calificarlos de alguna manera suave, seguros de que no les va a pasar nada, que no deberán responder ante sus actos pues la mano de la justicia no los toca, ni para sancionarlos, ni para protegerlos.

En esa oportunidad, quise agregar, que además de pensar que los padres son los responsables, deberían ser ellos los que respondan frente a los cargos, que deberían ser ellos los que respondieran frente a la justicia. Creo que un padre que puede verse inculpado por un destrozo, robo e incluso un asesinato de su hijo, cambiaría su manera de hacerse cargo de ese niño.

Lamentablemente, los niños y jóvenes delincuentes actúan en la total impunidad. Y puede ser, que esto no sea más que el reflejo de una gran situación de abandono, de un grito desesperado de ayuda, de falta de guía y formación… que sin duda, los principales responsables son a mi parecer… los padres.

Una máxima para el desarrollo ético del ser humano, es el reconocimiento de que todo acto conlleva una consecuencia. Si esta relación no se produce, si para un daño no hay un castigo, si para una agresión no hay una sanción, ni un sentimiento de necesidad de reparar un dolor… ese acto no genera culpa, no produce vergüenza, no existe la necesidad de cambio.

Obviamente es un tema muy delicado, que merece mucha atención, mucho trabajo y acción de los que están a cargo de legislar, de brindar apoyo social a estas familias, ya sea gobierno o instituciones sociales de apoyo a la infancia.

Pero como estoy convencida que el pilar fundamental en la formación de niños y jóvenes somos nosotros los padres, y es en lo que puedo aportar, quiero compartir este decálogo. Léanlo con atención y si pueden, compártanlo.

Decálogo para hacer de tu hijo un delincuente

1- Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2- No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
3- Cuando diga palabrotas ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.
4- No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
5- Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
6- Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no que su mente se llene de basura.

7- Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.
8- Déle todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.
9- Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
10- Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.
Este decálogo fue publicado por el popular juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, conocido por sus sentencias educativas y orientadoras, en el libro “Reflexiones de un juez de menores”

Para compartir: Que sean niños los niños

Que sean niños los niños

Que sean niños, y no clientes de las compañías de celulares, o vendedores de rosas en los bares, o estrellas descartables de la televisión.

Niños, no limpiavidrios en los semáforos, o botín de padres enfrentados o repartidores de estampitas en los subtes.

Que no sean niños soldados, los niños. Que sean niños los niños, simplemente. Que no sean foto de un portal pornográfico. Que no sean los habitantes de un reformatorio.

Que no sean costureros en talleres ilegales de ningún lugar del mundo.

Que sean niños los niños, y no un target.

Que no sean los que pagan las culpas. Los que reciben los golpes. Los bombardeados por publicidad.

Que sean niños los niños. Todo lo aniñados que quieran. Todo lo infantiles que quieran. Todo lo ingenuos que quieran. Que hagan libremente sus niñerías.

Que se dediquen a ser niños y no a otra cosa.

Que no sean los que no juegan, los acosados por las preocupaciones, los tapados de actividades.

Que sean niños los niños y se los deje preguntar sin levantar la mano, formar filas torcidas, llevar alguna vez la Bandera no por ser mejor alumno, sino por ser buen compañero.

Que sean niños los niños y no los incentivados con desmesura a consumir todo lo que saca el mercado.

Que sean niños, y no los que aspiran pegamento en una esquina o fuman paco en la otra, tan de nadie, tan desprotegidos.

Niños, no nombres que tienen que rogar por recibir el apellido paterno o la cuota de alimentos.

Que sean niños los niños.

Y que los niños sean lo intocable, que sea la gran coincidencia en cualquier discusión ideológica; que por ellos se desvelen los economistas de todas las corrientes, los dirigentes de todos los partidos, los periodistas de todos los medios, los vecinos de todas las cuadras, los asistentes sociales de todas las municipalidades, los maestros de todas las escuelas.

Que sean niños los niños, y no el juguete de los abusadores.

Que sean niños, no "el repetidor" o "el conflictivo" o "el que nunca trae los deberes".

Niños, y no los que empujan el carro con cartones.

Que sean niños los niños, simplemente.

Que ejerzan en paz el oficio de recién llegados.

Que se los llame a trabajar con la imaginación o con lápices de colores.

Que se los deje ser niños, todo lo niños que quieran.

Y que los niños sean lo importante, que por ellos lleguen a un acuerdo los que nunca se ponen de acuerdo; que por ellos se dirijan la palabra los que no se hablan, que por ellos hagan algo los que nunca hicieron nada.

Que sean niños los niños y que no dejen de joder con la pelota.

Que sean niños en su día. Que lo sean todos los días del año. Que sean felices los niños, por ser niños. Inocentes de todo lo heredado.

Max Urtizberea
Músico, actor, escritor, conductor y humorista argentino.




lunes, 7 de diciembre de 2009

Pruebas finales

Estoy impresionada con la cantidad de contenidos que he tenido que repasar estos últimos días con mis niños para sus pruebas de Síntesis, es decir, toda la materia vista este último semestre.

Me llena de satisfacción y orgullo darme cuenta que sin duda ellos están mucho mejor preparados que lo que yo estaba a esa edad. Su comprensión del medio, su nivel de lenguaje y de matemáticas, es increíble. Y uno agradece al colegio, pensando en otros niños que no corren con la misma suerte de tener un alto nivel de exigencia académica. Sin embargo, …igual me parece demasiado.

Esta vez al menos, les han preparado unas guías estupendas que me han ayudado a concentrar los esfuerzos en aquellos contenidos más relevantes (y no tener que dar palos de ciego como me ocurrió en el primer semestre).

Pero para ser honesta, estoy agotada. No quiero estudiar más… y me imagino que ellos están igual. Les digo que hagamos un último esfuerzo… pero en esta época del año, uno piensa más en estar nadando en una piscina que en estar sentado estudiando.

Lo otro que me pasa es que me dan ganas de dejarlos estudiar solos. Pero me viene el remordimiento y el sentimiento de culpa, de cómo podría abandonarlos justo ahora que queda tan poquito. Más que mal, tienen tanto porcentaje estas pruebas, que son capaces de mejorarles el promedio, y lo peor es que también de empeorarlo… y mucho, si es que les va mal.

Ahora bien, las profes nos dicen a las mamás que estemos tranquilas, que no se les está preguntando nada nuevo… pero la verdad es que no me queda tan claro cuando al estudiar con ellos, les hago preguntas y me quedan mirando como si les estuviera preguntando física avanzada. Es obvio que es el cansancio…

Entonces los mando a relajarse y a jugar…

Pero nuevamente me ataca la inseguridad, y me pregunto cómo es posible que ellos estén jugando y pasándolo bien cuando tienen una tremenda prueba al día siguiente… y nuevamente los llamo para repasar contenidos… no vaya a ser que justo les pregunten eso que aún no hemos visto…

En fin, lo que sí agradezco por sobre todas las cosas, es la posibilidad de estudiar con ellos. Es saber que como mamá tengo el tiempo para sentarme con cada uno y acompañarlos en este proceso.

Sé, y lo lamento, que no es la realidad de todos los niños. Es más, sé que es la realidad de una minoría, porque son muchas las mamás que no tienen las ganas, y otras que aunque tuvieran toda la buena voluntad del mundo, no tienen el tiempo.

Pero es importante entender que el proceso por el cual los niños van aprendiendo a estudiar, comienza acompañado, empieza con una guía (mamá, hermana mayor, tía, etc.) que les enseñe qué estudiar, dónde, cuánto y cómo, para que luego cada cual, con el tiempo, adquiera una total autonomía.

El hecho de contar con una persona que los motive (lo que más hace falta al principio… que tengan las ganas de estudiar), que les ordene el espacio físico y temporal, les va favoreciendo en su manera de abordar el estudio, de adquirir seguridad en sus capacidades, hasta ese momento en que uno nota que ya no es necesario, y es posible dejarlos solos… con la clara especificación, que igual uno está ahí para resolver problemas y aclarar dudas.

Yo aún estoy en el proceso inicial, que es casi el “encima de”, …pero sueño con ese día en que sean capaces de estudiar solos, de organizar sus libros, guías, cuadernos y resúmenes sin que tenga que estar buscándoselos (o consiguiéndolos con los amigos), y por otro lado, que yo no me sienta culpable, que no me sienta mal por no ayudarlos, porque la verdad es que llega el momento en que uno deja de ser una ayuda y se convierte en un problema, un grave problema si no es capaz de dejarlos solos.



Así es como sueño con que todo el esfuerzo de este período rinda grandes frutos. Pero lo que también espero, es no olvidarme en ese momento, de cuán agotados pueden llegar a sentirse ellos con sus estudios… porque las pruebas finales… por lo menos a mí… me agotan.