martes, 14 de diciembre de 2010

Preparemos el corazón



Siguiendo con el tema de la Navidad, me gustaría comentar acerca de la "otra locura de Navidad". Adornos, arbolitos, guirnaldas, y a veces pesebres.


Ya no basta, al parecer, con un sencillo árbol de pascua, verde, con un par de guirnaldas y tiernos adornos muchas veces hechos por nuestros hijos en el colegio, en esas interminables horas finales en que las profes ya no saben que más hacer con ellos, porque ya terminaron de pasar materia y hasta las últimas pruebas.


Ahora, los arbolitos vienen de colores: blancos, rojos, metalizados, plateados, dorados!!. Todo esto combinado con un espectacular juego de luces y adornos brillantes, en uno o dos tonos (no más, no vaya a quedar chabacano o "chimbiroquero"). Y ni pensar colgar en uno de estos elegantes arbolitos algún "feo" adorno, terminado a penas, por las manos de uno de los "pequeños artesanos" de la casa.


Como si esto no fuera suficiente, también está el adorno de la puerta. Aquí debo confesar que adoro el mío; es una corona de navidad bastante grande con unos hermosos pascueros, mamá y papá Noel, estilo country hechos en soft, que me encantan... tanto me gusta que no lo cambio, y no lo haría, porque lo tengo desde que mis niños eran muy chiquititos.


Y el problema, según como yo lo veo, no está en la desesperación que genera en la gente por lograr la mejor y más "fashion" decoración navideña, ni en todo los recursos económicos que invierten en ello... si no en la falta de preparación de lo que a mi entendimiento es lo más fundamental para presentar a los demás en estas importantes fechas... el corazón.


Después de un año de excesivo estrés, bien nos haría tomar una horita diaria para pensar en lo que ha sido este año para nosotros, cuál ha sido nuestra participación y colaboración en la familia, cómo nos hemos portado con nuestros amigos, cómo ha estado nuestro rendimiento en el trabajo, etc. Es momento para acompañar al que hemos dejado solo, para pedir perdón al que hemos ofendido o lastimado, para ayudar al que nos necesite, escuchar, abrazar, y dar cariño a los que nos rodean.


Hay todo un mundo interior que "decorar" para que brille y sorprenda a los demás. Pero estos "adornos" deben ser verdaderos, sinceros y profundos... no pueden ser puras luces y brillos. El mundo sabrá reconocer un trabajo real en lo más hermoso de nuestro ser.


De ahí nace una nueva invitación. Les propongo a todos en este período de adviento, que preparemos nuestro corazón, para recibir a Jesús en un nuevo pesebre, sencillo y austero, pero lleno y hasta ostentoso de amor, solidaridad y cariño.


jueves, 9 de diciembre de 2010

Navidad y Delincuencia



Estamos acercándonos a una de las fechas más hermosas del Año, en la que esperamos celebrar en familia, con alegría y emoción, el Nacimiento de Jesús.


Es una fecha para celebrar la suerte de estar juntos, de tenernos los unos a los otros y eso debería bastar como regalo. Debería ser suficiente el amor que nos brindamos, el saber que contamos con el cariño de los que nos rodean y que nos regalan sonrisas, abrazos y mucho muchísimo amor.


Sin embargo, la Navidad se convierte en una suerte de competencia por quién consigue el regalo más caro y más impactante... cuando la sencillez, ...la humildad, fue lo que marcó ese bello nacimiento en el Portal de Belén.


Y como si este correr y correr detrás de miles de regalos no fuera suficiente, hay "otros" que corren y corren pero detrás de nuestras billeteras y de nuestras tarjetas.


La delincuencia aumenta tanto, que me llega a dar miedo salir a comprar.


En estos últimos días me he enterado de muchos casos de personas que han sido robadas, uno de ellos penosamente muy cercano; y ahí uno da gracias que los bancos aún respondan, y que existan los seguros ante el robo de tarjeta y de clave!!.


Puedo parecer paranoica cuando digito mi clave o pinpass... pero me importa un rábano si la persona que está detrás mío se ofende por cómo cubro mis numeritos... pero es que uno nunca sabe. Es tan cierto eso de que uno ve cara pero no corazones.


El punto es que cada año parece ponerse peor el tema. Y me da una rabia y una impotencia enorme pensar en que a "esta gente" le importa nada arruinar la navidad de otro... porque da la idea (y puede que no esté equivocada) que jamás los pillan y se ríen de lo fácil que es apropiarse de lo que otros se han ganado con tanto trabajo y esfuerzo.


Que pena pensar en que una vez más la Navidad va perdiendo su magia, y hay situaciones que la van convirtiendo en uno de los peores y más detestados períodos del año. Ya no sólo por las aglomeraciones, por los locos desesperados por comprar, por no encontrar estacionamientos en los supermercados, por los endeudamientos sobredimensionados, por las listas kilométricas de los niños a Santa, por los llantos de frustración si no llegó ese regalo tan esperado, en fin... tantas cosas desagradables a las que más encima se le suman el tener que andar asustados y paranoicos porque cualquiera puede estar queriendo hacer su "Navidad" a costa nuestra.


Tal como dije el año pasado... POR FAVOR recuperemos el verdadero sentido de la Navidad.

martes, 7 de diciembre de 2010

A veces Menos es Más




En mi afán de escribir algo interesante, completo e importante, no he escrito nada.

A veces por querer hacer algo tan espectacular y fantástico, prueba clara de nuestro Coeficiente Intelectual elevado, que refleje el gran manejo que tenemos en variadas y significativas materias,  no hacemos nada.

(Conozco a muchos que siempre se están "guardando" para las tareas importantes, y con eso logran vivir de pierna cruzada mientras a otros nos tocan las tareas simples.)

Eso es lo que me ha pasado al menos en relación al blog, y por eso lo he tenido más que abandonado, presa del día a día, de la rutina que captura e inmoviliza, especialmente en el área de la creatividad.

Por que da "lata" escribir las mismas cosas de siempre, lo que uno encuentra fácilmente en todas las revistas y libros de psicología infantil.

Y como mi propósito es escribir cosas distintas, diferentes, cosas de mi experiencia personal, lo que la hace supuestamente única, me he sentido fuertemente frustrada.

Porque lo curioso, y lo irónico, es que mi vida y mis experiencias no distan mucho del cómún de las madres. Me pasa lo mismo que a todas: colegio, tareas, juegos, normas, horas de TV, horas de compu, peleas, hermanos, tiempo libre, colaciones, cansancio, gripes, alergias, etc.,etc.,etc.

Así que como menos es más, trataré de mantenerme conectada escribiendo lo que nos pasa a todas y a todos, pero que siempre es rico compartir. A veces es muy tranquilizador encontrar a alguien que empatice con lo que nos pasa, y que incluso nos invita a reirnos de la cotidianeidad.

Así que vuelvo, con lo que hay, porque como ya dije: menos es más ... porque al menos es algo.